13.- Tararear

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Miraculous, les aventures de Ladybug et Chat Noir y sus personajes son propiedad de Thomas Astruc y Zag Entertainment.

13.- Tararear

Antes de darse cuenta, Marinette, llevaba allí algo más de un mes. Luka no se atrevía a preguntarle cuándo iba a volver a casa, le daba miedo que pusiese fecha y que esta fuera próxima. No quería que se marchase, se había acostumbrado a su compañía y, tenía que admitir, que le gustaba. Era absurdo, lo sabía, pertenecían a mundos diferentes, no había forma de que pudiera haber nunca nada entre ellos.

Marinette estaba abrazada a unos viejos auriculares supraaurales que permanecían conectados al portátil en el que se reproducían, uno tras otro, los videoclips de Jagged Stone. Realmente estaba fascinada con él y con su música. Tarareaba sin parar. Feliz, despreocupada, libre.

Luka se acercó al portátil y pulsó la barra espaciadora pausando el vídeo, Marinette se giró con el ceño fruncido y los mofletes hinchados en una mueca infantil.

—Creo que es hora de hacer una pausa, vas a dañarte los oídos escuchando la música tan alta con los auriculares.

—Pero...

—Y es tarde.

Marinette miró la hora haciendo un puchero, era cierto, pero era viernes y Luka no tenía clase el sábado.

—Luka...

—Hagamos un trato —cortó su réplica antes de que consiguiera ablandarle y salirse con la suya—. Si te vas ahora a dormir mañana te llevaré a conocer a Jagged.

Sus ojos azules centellearon de la emoción, la vio reprimir el grito agudo en el que iba a contestar, voló hasta a él y alzando los puños a la altura del rostro sonrió.

—¿De verdad?

—De verdad.

Convertida en un borrón rosa se arrebujó en su cama sobre el armario y cerró los ojos tarareando. Luka sonrió enternecido, era adorable.

—Buenas noches, Marinette.

—Estoy dormida. Buenas noches —susurró.

Apagó el portátil, recogió los auriculares y se metió en la cama con el móvil en la mano. En pantalla permanecía el último mensaje que le había enviado su padre, tenía que avisarle de que pasaría a visitarle. Tecleó:

Papá, si te va bien, me gustaría ir a verte mañana.

Esperaba que tardase una eternidad en contestar, sin embargo, le vio conectarse y al momento el mensaje de "Jagged está escribiendo" apareció en la parte superior de la pantalla. Jagged. Ya era hora de cambiar el nombre con el que le tenía grabado. El móvil vibró en su mano, leyó:

Sin problema. Por la mañana, por la tarde, por la noche. Cuando prefieras.
Penny y yo habíamos pensado en buscar un nuevo estudio de grabación, pero está enferma y hemos tenido que cancelarlo.
¿Vendrá Juleka?

No lo había hablado con su hermana, pero encontraría la manera de llevarla. Quedó con él a las diez y cerró los ojos dispuesto a dormir.

Cuando sonó el despertador Marinette flotaba frente a él lanzando chispas rosas y tarareando, se preguntó si había dormido algo. Ella no protestó cuando le dejó el desayuno sobre el escritorio y le dijo que tenía que quedarse con su madre y su hermana. Esperó paciente preguntándose cómo iba Luka a llevarla con Jagged, sabía que conocía a muchos humanos, pero no creía que pudiera conocer a aquel hombre tan famoso. Cuando él regresó se refugió en el bolsillo de su chaqueta. Prometió estar en silencio porque les acompañaba Juleka. Se iba a portar bien, se iba a portar muy bien.

Tomaron el metro. Era horrible, estaba lleno y hacía un calor infernal. Marinette sabía que estaba a salvo en el bolsillo, pero sentía como Luka se tambaleaba por el traqueteo del vagón y los suaves empujones del resto de pasajeros que trataban de mantener el equilibrio. Salieron tras lo que le pareció una eternidad y para cuando quiso darse cuenta alguien con un extraño acento saludaba a Luka y Juleka. Marinette se asomó con curiosidad por el ojal del bolsillo, reprimió un gritito ¡era Jagged Stone! ¡El de verdad!

Se moría de ganas de salir del bolsillo y revolotear a su alrededor para observar en detalle su ropa. ¡Los brillos, las lentejuelas, los colores vibrantes, el maquillaje!

—Pasad. Penny está en la cama, tiene un resfriado de mil demonios, así que si queréis algo sed específicos.

—¿No deberíamos ir a otro sitio? —preguntó Juleka.

—Tranquilos, todas las estancias están insonorizadas, no la molestaremos aunque montemos un concierto en la sala.

Se acomodaron en el sofá, Jagged les llevó algo para comer y beber, Luka le ofreció un pedazo de comida discretamente. Escuchó la conversación cargada de curiosidad, no entendía muy bien lo que estaba ocurriendo, Luka y Juleka parecían muy cercanos a Jagged, como si se conocieran de hacía mucho tiempo.

—Papá —llamó Luka—. El otro día me dijiste que querías que escuchásemos tu nuevo tema, ¿lo tocarías para nosotros?

¿Papá? ¿Luka había dicho papá?

Habían hablado sobre familias, él le había explicado que la mujer que vivía con ellos no se llamaba mamá, si no que era su madre, lo que significaba que... ¡Jagged era el padre de Luka y Juleka! Quiso salir del bolsillo y gritarle por no habérselo explicado, quiso salir y reclamarle que le hubiera ocultado algo como eso, pero no lo hizo. Recordó que cuando le había preguntado si había un señor papá Luka le había dicho en un tono muy triste que era complicado.

Las notas de una guitarra la devolvieron a la realidad. Asomada por el ojal vio el perfil de Jagged que mantenía los ojos cerrados y tocaba la guitarra. Siguió el ritmo de la música dispuesta a olvidarse de todo por el momento, cuando volvieran a casa le preguntaría a Luka por qué se lo había ocultado.

Continuará

Notas de la autora:
¡Hola! Jagged no podía quedarse fuera de la historia. Parece que Marinette se ha instalado indefinidamente en el Liberty y no tiene ganas de volver a casa.


Fictober 2023 - El hada y su humanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora