09.- Hermana

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Miraculous, les aventures de Ladybug et Chat Noir y sus personajes son propiedad de Thomas Astruc y Zag Entertainment.

09.- Hermana

La idea de salir a conocer la ciudad la tenía entusiasmada. Tanto, que engulló lo que le quedaba de galleta y de la leche con cacao. Luka, en cambio, acabó su desayuno con calma antes de elegir qué ropa se pondría y salir en dirección al baño para cambiarse.

Marinette esperó impaciente paseando de pared en pared, observando cada fotografía, póster y objeto que las decoraba. Había varios en los que salía el mismo humano adulto con maquillaje en los párpados, ropa brillante y una llamativa barba de color lila a conjunto con su pelo. Tenía los ojos azules como los de Luka. Le analizó en detalle pensando que guardaba cierto parecido con él.

«Jagged Stone» leyó en la parte inferior del póster. ¿Quién sería?

—¡Luka!

Marinette se apresuró a ocultarse entre la pared y el mueble que le quedaba más cerca. Se asomó con cuidado y vio a la chica a la que llamaban Juls. Se acercó al escritorio, primero observó el aparato con el que los humanos le hablaban al aire y después se fijó en la bandeja del desayuno. Sus dedos largos y delgados alzaron la taza rosa en la que había estado bebiendo. Frunció el ceño.

—¿Querías algo, Juls?

La chica Juls se giró con la taza rosa entre los dedos. Marinette ya no podía verle la cara porque le daba la espalda, pero entendió el gesto de su brazo al mostrársela a Luka.

—¿Qué haces con esto?

Él sonrió. Era una sonrisa bonita y amable que se reflejaba en sus ojos.

—La he encontrado por ahí y me ha hecho gracia.

—Tiene leche con cacao —musitó ella con un tono que Marinette no entendió.

—Lo sé. —Luka pasó por su lado recuperando el pequeño utensilio para dejarlo nuevamente en la bandeja—. Estaba jugueteando con ella y se ha caído dentro de mi taza. ¿Creías que había bebido en ella? ¿No te parece un poco pequeña?

Ella se giró y Marinette pudo verle otra vez la cara, su ceño seguía fruncido, pero no parecía querer indagar más.

—Hace años que no tomas leche con cacao.

—Juls, ¿has venido por algo en concreto o sólo a cuestionar mis decisiones de esta mañana?

—He venido porque Iván dice que prefiere ensayar más pronto hoy —explicó frotándose el brazo nerviosa—. Rose y yo no tenemos planes así que nos parece bien pero...

—¿A qué hora?

—Sobre las tres.

—Dile a Iván que aquí estaré.

—Vale, voy a llamarle.

La puerta se cerró tras ella, Marinette se atrevió entonces a salir de su escondite. Flotó ante los ojos de Luka un poco triste.

—¿Ya no vamos de paseo?

—Tranquila, aprovecharemos la mañana, volveremos para comer y tras el ensayo ya veremos.

—Luka —susurró y miró en dirección a la puerta cerrada.

—Ella era Juleka, mi hermana.

Hermana. Marinette sabía lo que eran los hermanos, las hadas tenían algo parecido.

—Bien. ¿Sabes algo de París?

—Es una ciudad —contestó con orgullo.

Luka le ofreció las manos con las palmas hacia arriba, Marinette se acomodó en ellas. Tendría que haber supuesto que no conocía nada de la ciudad, tendría que improvisar.

—Iremos a ver la Torre Eiffel y después ya veremos.

Empezar por algo emblemático de la ciudad le pareció la mejor idea. La torre, Trocadero, los Campos Elíseos... tal vez le daría a probar algunos de los dulces parisinos también.

—Puedes esconderte en el bolsillo.

Luka movió las manos y ella voló con suavidad quedando suspendida en el aire a la altura de sus ojos. Señaló el bolsillo en su pecho y alzó la solapa para que pudiera acomodarse en su interior. Ella se coló con maestría, asomó la cabeza aferrándose con los deditos al borde del bolsillo como si fuera la barandilla de un balcón. Desde aquel bolsillo oía los latidos del corazón de Luka.

Salió del cuarto pensando en el agradable calorcillo que emanaba del pequeño cuerpo del hada del tejido que se ocultaba en su bolsillo. Ya lo había notado al tocarla y cuando se le acomodó en las manos, pero sentirlo contra su pecho le hizo sentir como si él mismo pudiera flotar por el cielo de felicidad.

—Luka.

Sobresaltado comprobó que Marinette se había escondido en el interior del bolsillo antes de girarse.

—Si estuviera pasándote algo me lo dirías, ¿verdad?

—Juleka no me pasa nada. No sé qué crees que has visto u oído, pero estoy perfectamente.

—Soy tu hermana.

—Mira, si es por lo de papá estoy bien —contestó con calma—. Fue un shock, me habría gustado gritarle alguna estupidez, decirle que pasaba de él, que le odiaba... Y eso no fue lo que hice, nos abrazamos, le dije que le aceptaba y ahora estoy intentando acostumbrarme.

»¿Es raro? Sí. ¿Voy a dejar que eso entorpezca el resto de mi vida? No.

Le puso las manos sobre los hombros y sintió como Marinette se movía en el interior del bolsillo.

—Tampoco es fácil para ti. Sólo necesitamos tiempo.

—Puedes hablar conmigo —balbuceó Juleka.

—Lo sé. tú también puedes hacerlo conmigo.

Juleka asintió. Dio un paso atrás decidida a retirarse y dejarle ir a dónde fuera que quisiera ir.

—Volveré para el ensayo.

Era hora de enseñarle a su pequeña invitada algunos puntos emblemáticos de la ciudad.

Continuará

Notas de la autora:
¡Hola! El capítulo de hoy es un poco más cortito, no quería alargar mucho la conversación entre los hermanos porque eso deja a Marinette fuera del foco.
Mañana más.


Fictober 2023 - El hada y su humanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora