Telegrama 11: Poder de fuego.

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Hoy es la última noche antes de la operación en conjunto. Debía mantener la mente en calma y preparada para mañana, y no existe mejor lugar para lograrlo que el hogar de la señorita Musashi.

Ella se encontraba en la mesa del comedor revisando algunos archivos importantes de su facción, me hubiera gustado sentarme a su lado pero no podía, digo, esa fue parte del acuerdo: no tocar temas relacionados a nuestros bandos. Mientras tanto, preferí leer en el sofá de la sala, aunque algo ha estado distrayéndome desde hace un tiempo.

Sus colas se balanceaban curiosamente sobre el aire, no podía dejar de mirarlas, pero su pelaje se veía tan suave y cómodo como las más finas almohadas y tan esponjosas como las nubes más bonitas en el cielo, me gustaría acariciarlas aunque no que...

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Sus colas se balanceaban curiosamente sobre el aire, no podía dejar de mirarlas, pero su pelaje se veía tan suave y cómodo como las más finas almohadas y tan esponjosas como las nubes más bonitas en el cielo, me gustaría acariciarlas aunque no quería faltarle el respeto a ella siendo tan atrevido, no creo que seamos tan cercanos como para hacer algo así, pero me estaban empezando a ganar las ansias por acariciarlas.

--"¿Ocurre algo mi caballero?"-- la voz de Musashi me saco rápidamente de mis pensamientos.

--"NOQUERIAACARICIARSUPELAJE"--....rayos....

Ella me observó con ojos de sorpresa que rápidamente se volvieron de picardia, se levantó de su asiento para asi sentarse a mi lado.

--"¿Ya acabo todo su trabajo señorita Musashi?"--

--"Todavía no mi caballero, pero quería descansar un poco y justamente usted hace un momento dijo algo interesante"-- ella giro para darme la espalda mientras movía las colas --"Le gustaría acariciarlas"-- dijo mientras sostenía un peine en sus manos.

--"No podría, si lo hago sería una clara violación a la etiqueta por mi parte"--

--"No es una falta de educación si yo se lo estoy pidiendo no cree, entonces volveré a preguntar ¿Le gustaría acariciarlas?"--

--"Si.... Me gustaría"--

--"Si lo que anhelas es la calidez del tacto, entonces ven, no hay nada de que avergonzarse"--

Ella me dió el cepillo y yo lo pase entre los finos cabellos de su bello pelaje, era tal y como esperaba, cálido, sedoso y suave al tacto, una sensación tan agradable a la piel que cuando entraba en contacto con ella pareciera estar en un sueño.

Mientras seguía cepillandola me daba cuenta que parecía cansada y estresada, desde que llegué ha estado en eso, lo bueno es que yo hice la cena hoy pero el único momento en el que la vi detenerse fue mientras cenabamos, pero seguía haciendo con determinación en su rostro, eso definitivamente es algo que admiro de ella.

--"Mi caballero le gustaría contarme una de sus historias para poder despejar mi mente un rato"--

--"De acuerdo"-- tenía que pensar en un relato que evitase ser abrumador para no cansarla mas así que solo se me vino a la mente un recuerdo, uno muy navideño --"En noche buena, los soldados de ambos bandos bajaron sus armas y abrazaron a sus enemigos como si fueran amigos, por un momento no hubo guerra, comenzó cuando tropas alemanas empezaron a decorar sus parápetos con luces para después continuar su celebración acompañada por villancicos, el cual era "Noche de paz" o en alemán "Stille Nacht!", ahí fue entonces cuando inesperadamente los británicos respondieron, no con fuego, si no con el mismo villancico en inglés, luego cantamos al unisono en latín adeste fideles lo que me hizo darme cuenta de lo extraordinario que era esto, dos bandos cantando el mismo villancico en una guerra, por una noche, la sinfonía de las balas ceso ante los canticos de esperanza"--

El Primer Acoradazado: Una Historia De Azur Lane.Where stories live. Discover now