Eddie y Caroline son los hijos de una familia armada, abandonados por sus padres que están más enfocados en darles un buen pasar económico, parecen no caer en la cuenta de que poco a poco se sumergen en una relación extraña, intensa, y con ojos ince...
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Caroline está en las gradas, odia hacerlo, pero ha aceptado ver a Eddie, ella cree que es increíble como un chico puede ser así, bueno en casi todo. Aparte de tocar la guitarra eléctrica, está metido en el equipo de básquetbol del instituto, en un principio no quería, pero aquello le ayuda para la universidad.
Ella está con un libro entre sus piernas, ya es sabido que de terminó con Hunter y se ha tenido que aguantar algunos insultos por parte de sus amigos, todos hombres, todos unos tontos. Por otro lado, Tatum también se burla de ella, Caroline le ha dicho que no quiere realmente algo con alguna persona, y se ha basado en el mismo pensamiento que tiene, no busca una relación, pero al menos quiere sentir ''eso'' quee tanto ansía, como una especie de sentimiento revelador, como algo que le hiciera sentir que es una loca.
Eddie corre por el gimnasio, ella observa su cabello amarrado, los tatuajes de sus manos y las venas de sus brazos, esa Caroline mala aparece como si fuera un demonio, y retrocede a la conversación de las relaciones prohibidas, ellos han llegado a la conclusión de que un romance entre hermanastros, así como ellos, claramente sería visto con ojos incestuosos. Ella lo ve así, pero Eddie se basa en que no hay sangre de por medio. Nuevamente sus ojos se pegan en Eddie, él es popular y querido por todos, todos quienes están viendo el partido celebran sus chistes y lo saludan por los pasillos como si fuera una estrella de rock, en cambio para ella, sólo tienen burlas, o al menos, esa actitud de tratarla como alguien invisible.
Por un momento, pareciera que todos desaparecen, y que sólo queda él, y esa Caroline mala aparece y se sienta a su lado, ella cree que puede ser algo hormonal, o probablemente sea el hecho de haber estado tan cerca de tocar el cielo y a la vez, no tocarlo. Jamás en la vida se ha acostado con un chico, jamás lo hizo con Hunter por esa falta de química y magia, recuerda que una vez en el cuarto del chico, metió sus manos bajo su falda, y ella también lo tocó a él. Con Tatum fue una especie de experimento, para Caroline es mucho más fácil encontrar una mujer guapa antes que un hombre, y Tatum es esa clase de chica que besaría porque es genuinamente hermosa, y ella algo curiosa, pero al igual que con Hunter, no hay nada que la lleve a querer pasar a otro nivel. Ahora ella cree que todos han desaparecido, y ve a Eddie, pega un salto, y su playera se levanta, ve la piel de su abdomen, y piensa en aquello que jamás pensó ni con Hunter ,ni Tatum, piensa en sexo.
Sabe que está horrible, pero por un minuto quiere olvidar lo que son, y simplemente se deleita con lo que Eddie puede ofrecerle, le gustaría poder conocer su cuerpo, incluso se lo imagina como podría ser en la cama, imagina las manos de Eddie en sus caderas, pero aquellos son sus pensamientos y secretos más asquerosos, más pecaminosos y jamás en su vida saldrían de su boca. Su mente vuelve a la realidad con los gritos de los chicos del instituto, han ganado. Ella como buena hermana lo espera sentada y él llega sudado y con el cabello desordenado, Caroline lo espera y le entrega una botella con agua, él bebe de ella y se sienta a su lado.
Gracias, se limita a decir.
Caroline sabe que Eddie cambia su personalidad cuando están en el instituto, no es lo mismo, él es serio, es simplemente cortés, pero cuando las puertas de su casa están cerradas, la busca como si estar con ella fuera su mayor entretención.
Tengo fruta, le dice la chica.
No. Gracias, responde, tiene su vista clavada en Harriet Malone, una chica guapa y popular, Caroline nota la mirada de Eddie en ella.
Vale. Me voy, la chica coge su bolsa. Sólo vine a traerte agua.
¿Por qué te vas?, le pregunta el chico y ella quiere responder, pero Connor y Blake interrumpen la conversación de los Munson. Creí que te quedarías con nosotros.
No, responde Caroline mirándolo a él y después a sus amigos, ella se voltea y camina hasta la salida. Ama caminar sola y con los audífonos puestos, quiere olvidar toda clase de pensamiento que tuvo durante el juego, no es sano ver al chico con el que has crecido y tener pensamientos retorcidos y sexuales.
Las puertas se cierran y ella pasa por ese camino de piedra, los coches de sus padres no están, como de costumbre, a ella no podría importarle menos, aprecia la soledad y la intimidad que ella misma se ha creado. Cuando entra a la casa, se echa en su cama, sólo se quita los zapatos y se desabrocha la corbata , despierta dos horas más tarde, con frío y la nariz congelada. Prefiere ir por un baño, entonces aprovecha su soledad y decide tomarse un baño de espuma.
Eddie entra, sabe que Caroline ya ha llegado, decide pasar a su habitación, aunque de camino está la de ella, asoma su cabeza por la puerta y no la encuentra, sigue su camino, y la escucha tararear una canción que apenas puede reconocer, entonces intrusea nuevamente, aunque ahora es el baño, sólo puede ver su cabeza y algunas mechas de pelo pegadas a la bañera. Él se ve tentado a hacerle alguna broma, pero ella lo conoce a la perfección, sabe que Eddie está merodeando por ahí. Se voltea para verlo, él parece asustado, como un niño descubierto haciendo alguna maldad.
¿Qué haces ahí parado?, pregunta ella.
¿No puedo estar parado? Es mi casa también, entro donde yo quiera.
No puedes entrar donde quieras y lo sabes. Estoy en la jodida bañera, ella no se lo toma personal, le recrimina, pero no le pide que abandone el baño, Eddie permanece en aquel lugar. Si papá te pilla en el baño pensará cosas raras.
¿Acaso los hermanitos no comparten baño?, Eddie pregunta como si fuera la cosa más normal del mundo.
Nosotros no podríamos hacerlo. Si fuera un hombre esto sería más normal, Caroline se mueve dentro de la bañera, la espuma hace que no se vea más de la cuenta. Es gracioso que aún no te vayas.
No me has pedido que lo hagas. Si quieres me voy.
No. No lo hagas, responde ella. Te puedes sentar en ese rincón y hablar conmigo, Eddie sonríe, camina hasta el rincón, pero mueve la silla y la arrastra hasta quedar al lado de la bañera, se sienta, y observa a Caroline sumergida, sólo puede ver sus clavículas desnudas, ella le sonríe. Gracias por la compañía.
No hay que de qué.
Podrías ponerme al día. Ya que estamos juntos. Dime qué dijeron de mí.
¿Tengo que decirte la verdad?
Claro. Somos familia.
Que eres una fácil. Eso dice Hunter. Perdón si no te defendí. Supe que te gritaron cosas.
No te preocupes. Ya basta con tu franqueza que es algo cruel. No quiero arruinar tu imagen. Bien dices y haces la diferencia con que somos hermanastros. Odias estar vinculado a mí de esta manera tan estrecha, Caroline juguetea con la espuma. Por cierto. Felicidades. Creo que eres el mejor de todos ellos.
Gracias, responde, Eddie prefiere no referirse al tema de Caroline, mete sus manos en el agua, ella ve cómo su dedo se desliza entre la espuma, arquea su espalda y acomoda mejor su cabeza, él se para y camina hasta ponerse por detrás de ella, pone sus manos en sus hombros y los masajea, ella cierra sus ojos, durante el partido fantaseó con las manos de Eddie.
Eres bueno con esto, dice ella a ojos cerrados.
Creo que has tenido días algo duros, responde en su oído. Lamento no defenderte cuando lo necesitas.
Está bien. No me importa. Siempre es así. Soy extraña, lo dice en completa calma, hasta que siente los labios de Eddie en su cuello, ha dejado un corto y suave beso en él.
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