Eddie y Caroline son los hijos de una familia armada, abandonados por sus padres que están más enfocados en darles un buen pasar económico, parecen no caer en la cuenta de que poco a poco se sumergen en una relación extraña, intensa, y con ojos ince...
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Eddie está jugando, es un partido oficial, Caroline sostiene su bolso con pertenencias y Harriet la mira desde un rincón, ve la sonrisa de Caroline cada vez que Eddie corre por la cancha, tiene su cabello amarrado en una coleta, el chico es delgado, pero sus piernas parecen ser musculosas cuando sus pies hacen fuerza contra el piso. Caroline intenta descifrar por qué siente lo que siente, hacía un par de meses atrás, esa Caroline malvada con dos brillantes ojos rojos se sentaba a su lado a dictarle malos pensamientos acerca de él, y ella no podía imaginar sentirse tan sucia al pensar en sexo cada vez que Eddie la quedaba mirando con esa clásico semblante inocentón, de chico que sólo hace las cosas correctas en el lugar correcto, ese deseo proveniente de su interior, de sus fibras más profundas, carcomían su mente, nada de eso estaba bien, sentir atracción sexual por tu hermanastro con quien te has criado, es repudiable, y ella no se siente orgullosa de sentir lo que siente.
Cuando están sobre el colchón y se miran a los ojos después de hacerlo, no se siente asquerosa, las manos de Eddie son todo lo que ella quiere sobre su cuerpo y la presencia de Jack en su vida, le han hecho darse cuenta de que ella no es una pervertida amante de las cosas prohibidas, ella también ama hacer lo correcto y Eddie es la excepción a la norma. Cuando lo mira a los, siente que lo ama, y sufre en secreto porque es un amor que no puede ser, ellos jamás podrían ser una pareja de novios, porque son lo que son, hermanastros.
Harriet camina donde Caroline, y sin previo aviso le quita las pertenencias de Eddie de las manos.
Yo se las cuido, le dice sin mirarla a los ojos, Harriet sabe que es estúpido, pero ve a Caroline como una competencia, la ve como una adversaria, no en una lucha por conquistar a Eddie, sino en la lucha de tener su atención. Si Caroline fuera una hormona, llegaría a todos los receptores del cuerpo de Eddie y no habría entrada para otra.
Hey ¿Qué diablos pasa contigo?, Caroline vuelve a quitarle las pertenencias del chico.
Ni deberías de estar acá. ¿acaso no ves que nadie te soporta?, la chica apunta hacia las gradas, Por algo Tatum y Hunter ahora están juntos, Caroline mira hacia las gradas, tal como se lo ha indicado Harriet, y sus ojos se abren cuando ve a Tatum y su exnovio tomados de las manos, sonrientes. No siente celos, no desea estar en el lugar de alguno de ellos, le resulta extraño cómo es que las cosas pueden cambiar con el transcurso de los meses.
No me importa, ellos ven lo que hacen, responde sin mirar a Harriet.
Eres patética, lo único que buscas con esto, es la aprobación de una escuela que te tilda de extraña. ¿Crees que la popularidad de Eddie te puede salvar el culo? todos sabemos que eres rara, que rayas en lo tenebroso, te enredas con chicas, apenas hablas, eres un bicho raro. Los rumores dicen que hasta eres virgen ¿no crees que eres patética? quieres sumarte a lo adorable y querido que Eddie es. Pero te recuerdo que sólo son hermanastros, y que no tienen la misma sangre, nunca serás lo que Eddie es.
Caroline se queda sin palabras, pero la furia parece entrar sin previo aviso, y estrella la palma de su mano en el rostro de la chica, Harriet queda sorprendida y dolorida, entreabre su boca, que ahora la siente pastosa por la tensión de aquello, y reacción de una manera incluso más animal. Empuja a Caroline al piso, haciendo que su cabeza rebote sobre la madera dura de la cancha, Harriet hace chocar su puño contra la nariz pequeña y blanca de Caroline, a los segundos la sangre adorna su blusa blanca y perfectamente planchada.
