+18 | Keyra Nash tiene un problema y con él solo obtendrá otro.
El día de las tragedias para Keyra se conforma por la infidelidad de su novio, sus pocos deseos de dormir bajo ese mismo techo y el fatal hecho de que no tiene a donde ir ni a quien rec...
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—Buenos días.
Mamá no se molesta en responder, papá me mira cuando rodeo la mesa para estar frente a él y lo saludo con la mano; Zoe parece demasiado concentrada en hacer desayunar a una de las niñas mayores mientras que Jade gatea por el suelo demasiado rápido para que yo pueda asimilarlo antes de enredarse en mis pies.
Creo que cuando me fui Zoe ya estaba embarazada a escondidas, y tal vez fue el hecho de que no llamé demasiado aquí mientras estuve viviendo en Rennapolis, pero cada vez que mamá mencionaba "las niñas" yo pensé que ella hablaba de otras niñas y no de que aquí en la casa hubiera.
—Hola, Jade—Le sonrío brevemente a la pequeña antes de alejarme para ocupar uno de los lugares en la mesa, la levanto cuando gatea hacia mí dejándola sobre mi regazo antes de levantar mis manos atrayendo la atención de papá.
—¿La señora Wells sigue viviendo en la misma casa? —Papá frunce el ceño sacudiendo la cabeza al tiempo que levanta sus manos para responder.
—Hilda murió hace meses, Keyra—Levanto las cejas sintiendo mi estomago encogerse mientras papá vuelve a flexionar sus dedos—. ¿Por qué querías verla?
—Pensé que podría acompañarla en la lavandería—respondo intentando ocultar la decepción que se instala en mi pecho.
—Su nieta la está atendiendo ahora, aunque no abre constantemente—Jade intenta alcanzar mis dedos cuando vuelvo a flexionarlos mientras papá me mira, pero levanto mis manos fuera de su alcance y ella ríe.
—¿Cuál de ellas?
—Solo está Naomi en el pueblo, las demás se fueron luego de su muerte—signa papá antes de que mamá coloque un plato frente a él junto a su taza de café habitual. Bajo la vista a la niña en mi regazo cuando vuelve a intentar alcanzar mis manos y bajo las palmas para que lo haga.
Sus pequeños dedos palmean los míos antes de soltar un risa chillona.
—Eres muy feliz para ser tan temprano, Jade—murmuro peinando hacia atrás sus rebeldes cabellos castaños.
—Oh, ella no es tan feliz por las mañanas, solo que eres su nueva obsesión—replica su madre masticando lentamente un trozo de tocino antes de fingir un avión con una cuchara de avena para una de las más grandes.
—No estoy segura de que eso sea bueno, teniendo en cuenta que me iré en algún momento... no tan lejos—mascullo presionando su pequeña nariz con mi pulgar e índice y ella la frunce cuando la dejo ir, luego se revuelve sobre mi regazo para que la deje en el suelo y vuelve a gatear alrededor de mis pies.
—No te preocupes, ya se dará cuenta que ni para madre tienes material...—sisea mamá desde su lugar.
—Jade no necesita verme como una madre, ya tiene una, por si se te olvida y yo no estoy pidiendo tener hijos—espeto desde mi lugar haciendo que ella me mire por sobre su hombro, sopeso la idea de disculparme por el tono que he implementado, pero me muerdo la lengua obligándome a no hacerlo.
