24. Me gustas

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—Tienes que compensarlo

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—Tienes que compensarlo.

—No es mi culpa que tengas que trabajar—mascullo rodeando caprichosamente mi peluche contra mi pecho, Colton entrecierra sus ojos hacia mí mientras se deshace de su camiseta—. No me mires como si yo fuera la culpable.

—Vas a salvarte solo porque ya no puedo cambiarme de vuelo—replica y yo levanto las cejas.

—Eso es ilegal, Henderson—replico bajando la vista distraídamente por su abdomen plano, no es el de un supermodelo, no está increíblemente marcado, pero junto con los lunares en su piel limpia resultan un espectáculo para la vista.

No estoy segura de cuántas veces vi a Colton sin camisa cuando estuve en su casa, de hecho, creo que solo fueron tres veces y es probable que me enfocara más en su espalda antes que otros lugares.

—No lo es—Viene hacia la cama sentándose al borde para observarme de cerca y me veo obligada a levantar la vista, ruedo mis ojos ante la sonrisa arrogante en sus labios—. Voy a ponerme celoso si resulta que miras a todos tus amigos de esa manera, corazón.

—Recuerdo muy bien que dijiste que querías ser todo menos mi amigo—Levanto la barbilla sin dejar de verlo.

—¿Así que te sientes libre de mirarme? ¿Me estás sexualizando en tu mente?

—No llegaría a ese punto, pero me gusta lo que veo—simplifico encogiéndome de hombros para restarle importancia, pero puedo sentir la tibieza subir por mi cuello en lo que debe ser un muy visible sonrojo mientras vuelvo a bajar la vista hacia su pecho desnudo.

—Deja de darme esa mirada.

—¿Cuál? —Trago saliva volviendo la vista a sus ojos y él suspira, su dedo índice da un golpecito sobre mi nariz y estoy tentada a manotearlo.

—Mejor resolvamos esto, como no vas a cumplir tu parte del trato todavía...

—No se va a cumplir por tu culpa, no mía —replico señalándolo con mi dedo índice, pero él me ignora mientras ladea la cabeza.

—Deberías compensarlo quedándote—Se inclina hacia mí presionando un beso sobre mi mejilla y yo tuerzo los labios.

—¿Qué?

—Quédate esta noche, conmigo—Humedezco mis labios mientras le sostengo la mirada.

Su viaje no va a Rennapolis, va a Atlanta y mis documentos no están al día para ir con él, de todas maneras, él no perdió la apuesta por lo que la parte de llevarme a volar ya no cuenta.

Así que no puedo irme ahora con él ahora, sino que lo haré hasta la próxima semana cuando esté libre para cumplir con mi parte y cuando haga todos sus líos en la aerolínea para cambiar con alguien más el vuelo que tiene el lunes.

Su intercambio de compensación porque no estoy cumpliendo mi parte de la apuesta no es conveniente. Quiero decir, quedarme con él en una habitación de hotel cuando se hace evidente que estamos escalando en esto es casi lanzarnos la soga al cuello porque somos adultos, no niños que van a dejar pasar cualquier intercambio subido de tono.

Quédate otra nocheWhere stories live. Discover now