XIII - Perdóname

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Todavía le estaba dando vueltas a lo que me había dicho Jenia... ella tenía razón.

Yo y Melisa habíamos vivido muchas cosas juntos, malos y buenas, creó que por una discusión no deberíamos dejar nuestra amistad. La admiró demasiado por su determinación, me encanta su forma de ver al mundo y de expresarlo en sus dibujos, en fin... la quiero mucho. Y aunque no sepa por lo que paso actualmente siempre esta para mi y yo siento que mi amistad con Melisa vale la pena. Que podemos resolver nuestras diferencias y salir juntos de la tormenta.

Hemos pasado tantas cosas juntos... recuerdo la primera vez que nos vimos, cuando nos conocimos, fue la primera persona que me defendió, que me resguardó bajo sus alas de los matones y a estado siempre para mi, recuerdo el "clic" que hicimos desde ese primer día y el cual no quiero que se habrá jamás.

Estaba decidido a decirle cuanto lo sentía, llegué a la preparación y esperaba que estuviera dónde siempre pero no, que más podía esperar después de lo mal que la trate.

La busque en la cancha de básquetbol, en el patio, en la cafetería, la biblioteca, los baños, el cuarto del conserje, en algunas aulas, pero no estaba ¿no había venido?

Llegue a la conclusión de que no había venido a la escuela pero... ¿Por qué? ¿Le había pasado algo?

No pude con la intriga y me dirigí a su casa... y me preguntaran:

¿Halan y no vas a la escuela?

Mi amiga es más importante que la escuela.

Estaba parado frente a la puerta de Melisa. ¿Iba a tocar o me iría de allí? ¿Asumiría mis errores o culparia a los demás? Después de pensarlo mucho toqué la puerta y después de algunos segundos Melisa se asomó por esta.

Pude ver el dolor y el asombro en su mirada hasta que habló y me hizo salir de mi trance.

__ ¿Qué quieres?

__ Solo venía a disculparme.

__ Te escucho -dijo abriendo completamente la puerta, esta vez dejándome verla-

Llevaba una pijama de dinosaurios, unos calcetines de patos y sus manos estaban llenas de pintura, seguro estaba pintando.

__ A veces dañamos a las personas que queremos y me siento mal por hacerte daño, eres mi mejor amiga y no se qué haría sin ti y si ¡te fallé!, ¡te lastime! pero algo e aprendido de ti y es qué todos cometemos errores pero lo importante de los errores es que haremos después y yo quiero remediar las cosas y te pido perdón Melisa.

Dije sincero mientras ella me analizaba con la mirada, se sentía algo intimidante estar en esta situación. En la que estés pidiendo perdón, aceptando tus errores y esa persona solo te analice lentamente y tu esperando alguna respuesta.

__ Ven aquí mi Halancito -dijo Melisa abriendo sus brazos para abrazarme y así lo hicimos- te perdonó y yo también quiero arreglar las cosas contigo pero ojo aún estoy enojada por lo que pasó. -dijo rompiendo el abrazo y volvió a mirarme de aquella forma analítica-

__ ¿Y qué debo hacer para que ya no estés enojada?

__ Ser sincero.

Una petición poco común y algo difícil de demostrar, creó que ya nos hemos acostumbrado tanto de mentir que pensamos que es la verdad pero solo nos engañamos a nosotros y a la hora de ser sinceros ya no sabemos que es la verdad.

__ ¿Puedo pasar?

__ Claro, tenemos mucho de qué hablar.

Entré a la casa me senté en el sofá, viendo cómo Melisa hacía lo mismo.

__ Dime... ¿Qué te sucede? Y no me digas que nada.

__ Digamos que estoy pasando por un momento turbio en la familia. Conformarte con eso no quiero hablar del tema todavía.

__ Bueno... y ¿Por qué tenías un moretón?

Le conté lo que había pasado con Amita qué era la que enviaba las cartas y que ella junto a Freddy me habían golpeado, y amenazó para no contar mi supuesto "secreto".

__ Supongo que me lo dices porqué le estás restando importancia a lo de tu padre, ¿no es así?

No respondi porqué ni yo se lo que siento, lo que intento hacer o saber a que cosas le sumo importancia y a que cosas le resto importancia.

__ Sabes, hoy mientras pintaba pude reflexionar muchas cosas y una de ellas es que a la primera persona que le tienes que ser sincera es a ti mismo, a la única persona que le debe gustar lo que hagas es a ti.

__ Estoy muy orgulloso de ti Melisa, estoy orgulloso de que te muestres tal y como eres.

Aparte de ella compartir su reflexión conmigo se que ella también la tomó para ella, que ella está siendo sincera con ella misma, que a ella le gusta lo que hace y no le importa las opiniones de los demás. Pues antes, cuando Melisa inicio a descubrir sus gustos por el arte grotesco muchas personas le dijeron: 《eso es horrendo》《¿Quién en su sano juicio te compraría esa asquerosidad?》 Pero lo que nadie entiende es que todos tenemos maneras distintas de expresarnos y esta es la de Melisa.

__ Gracias, yo también estoy orgullosa de mí. -me sonrió mi amiga-

__ Y... ¿Me puedes mostrar el dibujo? -pregunto con curiosidad-

__ Esta bien, pero no esta terminado, quise expresar como me siento y ya no me quiero sentir. -dijo para luego mostrarme el lienzo-

Pude ver a una niña que aparentaba un cráneo sobre su cuello, en su mano derecha tenía algunos globos, y cada uno de esos globos tenia un rostro, como si de una máscara se tratase.

__ Me encanta. -fue lo qué salió de mis labios-

Vi ese dibujo tan real y lo era ya que eran los sentimientos de mi amiga...

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Halan: ¿Cuándo acabará la tormenta? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora