XVIII - Todo se sentia tan bien

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Estaba en la casa de Jenia, sentando en el sofá mientras ella buscaba dos vasos de jugo de naranja, y yo jugaba con mis dedos.

Jenia me extendió un vaso con el líquido naranja y luego se sentó en la silla que tenía al frente.

__ Y bien ¿Qué tienes para decirme? -dijo para luego acercar el vaso a sus labios y tomar del líquido que esté contenía-

__ Quiero aceptar la propuesta si aún no es muy tarde. Se que me tarde un poco y entiendo que ya no este disponible. -mientras soltaba cada palabra mantuve mi mirada fija en el vaso y en ningún momento dejé de moverlo entre mis manos-

__ Halan tranquilo, no te disculpes tenias que aclarar tus dudas y veo que ya lo hiciste ahora debemos trabajar muy, muy duró, para que ese sueño se haga realidad.

__ Gracias, lo se y estoy dispuesto a los retos que vengan. -dije decidido-

Y así fue que comencé con las clases de baile, al inicio fue algo incómodo y doloroso por mi falta de práctica pero poco a poco vamos mejorando y gran parte de eso es por Jenia tiene una paciencia que ni yo mismo tengo conmigo y gracias a las clases poco a poco nos hemos hecho más cercanos.

Pero no todo con Jenia habían sido clases de baile, hemos visto algunos atardeceres juntos, comido helado en pleno inicio de invierno y reido de cualquier tontería. Se ha vuelto una confidente y amiga muy especial para mi.

Tantas cosas tengo que agradecer en estos momentos que me preguntó...

¿Ya habrá acabado la tormenta?

Estaba volviendo a casa después de un largo día de entrenamiento y de trabajo. Y como siempre intenté ser lo más silencioso posible. Luego de entrar y cerrar la puerta detrás de mi y solté un largo suspiro.

Un día menos.

__ Escuencle por fin llegas tenemos que hablar. -se me eriso la piel al escuchar esa gruesa voz a la cual le tenía algo de miedo-

¿De qué tenía que hablar conmigo?

Él estaba sentado en el sofá y cuando se levantó de este puede ver lo que llevaba en su mano... era la carta de la audición.

Él ya lo sabía.

__ Así que estás de nuevo con estas barbaridades, fue tu madre ¿cierto? Esa rata siempre hace lo que quiere. -pude ver lo furioso que estaba mi padre, el miedo se apoderaba de mi haciendo que me temblaran las piernas-

__ No... no fue. Mi madre f...fui  yo. -tartamudie-

__ ¡Oh ahora me desafía! -exclamó- mira lo que haré con tu carta -la comenzó a romper haciendola añijos-

Yo estaba allí parado sintiendo las lágrimas desprender de mis ojos, viendo como mi pase a mis sueños se volvía trozos de papel, después de que por fin me había decidido.

__  Para que aprendas a respetar a tu padre.

Estaba tan cerca de cumplir mi sueño y pasa esto, tantas emociones sentía en ese momento, dolor, furia, tristeza.

¿Como hay personas así?

Sin corazón.

__ ¡Tú...tú no eres mi padre! -grite enojado- yo no te quiero como padre solo eres una carga para esta familia, yo ni mamá queremos estar contigo. -estaba tan furioso que no media la intensidad de mis palabras y solo pare cuando sentí el impacto de su mano en mi cara-

__ ¡Eres un desagradesido!, ¡un hijo de puta!, ¡como te atreves! -dijo jalanfome del pelo y luego pegándome contra la pared de manera brusca-  ¡vas a aprender a respetarme! - dijo para luego aventarme al suelo haciéndome llorar-

Solo sentía el impacto de sus golpes en mi cuerpo, esto me recordó a lo que había pasado días atrás en la escuela pero esto se sentía mil veces peor, no por la intensidad de los golpes sino porqué alguien de mi familia me estaba golpeando. Mi padre me estaba... golpeando.

__ ¿Qué son esos ruidos? -exclamó mi madre bajando las escaleras apurada-

Pude escuchar la exclamación de mi madre al verme en esas condiciones pero mi padre no le dio tiempo de hablar ya que se hacerco a ella y empezó a gritarle.

__ ¡Tu eres una mal parida! ¿Cómo te atreves?  -dijo dándole una bofetada a mi madre asiendo que cayera al suelo-  Ustedes dos me tienen que respetar, aquí se hace lo que yo diga. Y tu mañana no te quiero en esa tontería- mi padre salió de casa azotando la puerta antes de irse-

Mamá se acercó a mi y me abrazó entre sollozos...

Otra vez.

Ya estaba harto de lo mismo yo y mamá sufriendo por sus abusos y después llorando. No entendía si no queríamos vivir con él ¿Por qué seguíamos allí? ¿Por qué simplemente nos íbamos de allí?

__ Mi amor, perdóname, yo lo siento tanto. -dijo sin dejar de llorar-

__ Mamá, vamos, escapamos de aquí, vámonos y olvidémonos de papá. -dije mirando sus ojos los cuales parecían cristales llorosos-

__ No podemos.

__ Mamá ¿Por qué?, siempre dices eso pero... ¿Por qué?

__ Porqué tu padre tiene tu custodia.

__ Porqué tu padre tiene tu custodia

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Halan: ¿Cuándo acabará la tormenta? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora