Almas Reencontradas - Freenbecky

Armstrong Princess

Pov de Freen.

¿Otra vez ella?

Tenía una reunión agendada con Armstrong's Corporation. Nam me había comentado que sería una colaboración importante y que yo tendría que hacerme cargo del proyecto.
Llegué puntualmente esta vez y me dirigí hasta la recepción. Una de las secretarías hizo una llamada y enseguida me dijo que pasara a la oficina del director general. Cuando entré, me lleve una sorpresa.
La mujer que había interrumpido mi conversación el día anterior estaba ahí.
Entré tratando de disimular que me había arrepentido de haber ido.

-Buenas tardes. -Dijo el chico. -Soy Richard Armstrong, un gusto.

Se acercó a mí y extendió su mano.
Extendí mi mano también.

-Freen Sarocha. -Respondí. -Un gusto.

-Soy el director general de Armstrong's Corporation. -Comentó. -Y ella es mi hermana. Es una parte muy importante en la compañía.

Me acerqué a ella y extendí mi mano para saludarla.

Ella hizo lo mismo.

-Rebecca Armstrong. -Se presentó cortante.

-Es un placer. -Contesté con un poco de sarcasmo.

Supongo que ella lo notó.
Tomé asiento y empezamos la conversación sobre la colaboración.

-No me malinterprete. -Expresó él. -Pero necesitamos hablar de el negocio en general y la señorita Orntara me comentó que usted es la directora de finanzas. No sé si podríamos hablar a fondo.

Volteé a mirarla a ella.

-Tengo conocimiento del sector en general. Aseguré. -Soy dueña de la compañía al igual que Nam, es solo que me enfoco en finanzas.

Ella me miró con duda.

-Le ofrezco una disculpa. -Dijo. -No sabía que "Looknam" tenía dos dueñas.

-No se preocupe. -Contesté.

Él me pasó unos documentos y me dijo que los leyera atentamente al mismo tiempo que me explicaba cosas importantes y me dejaba en claro la visión consciente de su empresa.

Podía mirar de reojo que ella no me quitaba la vista de encima.

No quería juzgarla sin conocerla, pero parecía tener actitud de princesa.

-Antes que todo, gracias por su tiempo. -Comenté. -Pero creo que rechazaré la colaboración.

Ambos voltearon a verse confundidos.

-¿Hubo algo que no le pareciera? -Preguntó. -Podríamos llegar a un mutuo acuerdo.

-No es eso. -Aclaré.

La miré a ella seria.

-Sé que la vida personal y los negocios no deberían mezclarse... -Dije. -Pero nuestro encuentro de ayer me hace decir que no.

Ella me miró ofendida.

-Siempre mantengo como prioridad el poder mantener un ambiente cómodo y tranquilo en el trabajo. -Comenté.

-No creo que contigo a cargo algo sea cómodo y tranquilo. -Respondió ella.

Su hermano le pegó levemente con el codo.
Sonreí de lado.
Se veía linda enojada, he de aceptar.

-Le pido que lo reconsidere. -Comentó él. -Es un negocio que nos beneficiaría a ambas empresas

-Lo tengo claro y se lo agradezco. -Le hice saber. -Pero me mantengo firme en mi decisión.