Almas Reencontradas - Freenbecky

Complicaciones

Pov de Freen.

Observámos como los enfermeros empezaban a acomodar a Becky para sacarla de cuidados intensivos.

Ninguno decía nada, solo veíamos con atención.

Empezaron a rodar su camilla y abrieron la puerta.

Enseguida Richie y sus papás rodearon la camilla.

Yo me quedé un poco más lejos.

Aún tenía los ojos cerrados, pero movía la mano bastante seguido.

-¡Becky! -Dijo Richie en cuanto la vio.

Los enfermeros dijeron que teníamos que guardar la distancia mientras tanto.

Ellos subieron a un ascensor y todos nosotros subimos al del otro lado.

Cuando llegamos, ellos ya habían entrado a una habitación con Becky.

Esta no tenía ningún cristal. No se podía ver nada hacia adentro.

Después de varios minutos, salió el doctor encargado de ella.

-Ya despertó. -Nos notificó. -Solo dejen que se acople unos minutos y pueden entrar a verla.

Todos llorábamos de felicidad.

-Uno a la vez. -Agregó. -Y no la muevan mucho.

Le agradecimos y nos sentamos en las sillas a esperar.

Esperamos aproximádamente media hora hasta que vimos que el doctor volvió a entrar.

Él salió de inmediato.

-¿Quién va a pasar? -Preguntó.

Obviamente quería pasar yo, pero su familia no me iba a tomar como prioridad.

La mamá de Becky dejó sus cosas y entró rápidamente a verla.

Richie y su papá se sentaron y yo me quedé parada con una mano sobre la puerta.

Tardó cinco minutos y salió.

Richie ni siquiera lo pensó y entró enseguida.

Tendría que ser paciente porque sabia que yo entraría de última.

Me acerqué a su mamá.

-¿Está bien? -Le pregunté.

-Está confundida. -Respondió. -Pero dice que se acuerda de lo que pasó.

Suspiré de alivio.

Pov de Becky.

Desperté y no tenía ni idea de en dónde estaba.

Lo último que recordaba era haber hablado con Freen y haber colgado el teléfono. Miré alrededor y vi a un hombre con bata blanca y un cable conectado a mi mano.

No escuchaba bien.

-¿Cuál es tu nombre? -Alcancé a escuchar.

Me tardé un poco en responder y él repitió la pregunta.

-Rebecca Armstrong. -Respondí.

Él me revisó los ojos con un tipo de linterna.

-¿Qué es lo último que recuerdas? -Cuestionó.

-Estaba en la calle, colgué una llamada. -Comenté. -Eso es todo.

Él se acercó a mí.

-Te informo rápidamente. -Dijo. -Tuviste un accidente, un carro te golpeó. Estuviste en cirugía y acabas de despertar después de cinco días.