La firma...

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Pov de Becky.

Habían pasado diez días desde la adopción de Atid.

Freen seguía muy triste, ni siquiera había vuelto a ir al orfanato. Yo me había quedado con ella todo el tiempo.

Tenía que hacer mi mayor esfuerzo para que comiera adecuadamente.

Ella había estado tratando de enfocarse completamente en la colaboración de nuestras marcas y pasaba muchísimo tiempo en la empresa. Sabía que solo estaba tratando de distraerse.

Me rompía el corazón verla tan ausente en todo.

A veces cuando dormíamos la escuchaba sollozando al lado de mí.

Hacia un par de días estaba un poco más tranquila, pero aún no la veía bien del todo.

Justo hoy era el día en el que mis padres y mi hermano regresaban de las vacaciones.

Mi papá me había llamado días atrás para decirme que teníamos que hablar en cuanto llegaran a la ciudad.

Estaba preparando nuestro desayuno cuando Freen salió de la habitación.

-Voy a ir al jardín. -Dijo.

-Ya casi termino de cocinar. -Respondí. -Desayuna y luego vas.

-Te lo agradezco, mi amor. -Contestó. -Pero no tengo hambre.

Suspiré.

-Ya pasamos por esto días atrás. -Comenté. -Comer no es opción, es necesidad.

Ella me miró y me ignoró.

Tomó una botella con agua y salió al jardín.

Terminé de cocinar, serví su plato y el mío y salí con ambos al jardín.

La observé sentada en el pasto regando unas flores.

Me acerqué y me senté al lado de ella.

Ella me miró detenidamente.

-Come. -Dije.

Ella sonrió sin ganas y empezó a comer.

-Gracias. -Respondió. -Atid estaría muy feliz de saber que sí me estás cuidando.

Sonreí.

-¿Crees que esté bien? -Cuestionó.

Ella me hacía la misma pregunta todos los días.

-Espero que sí. -Contesté.

-Ojalá no me extrañe. -Comentó. -Es terrible ese sentimiento.

La miré con tristeza.

-Sabes que los demás niños sí te deben estar extrañando, ¿Verdad? -Pregunté.

Era la primera vez en días que se lo decía, pero ya quería que retomara su vida normal y las cosas que amaba.

Ella suspiró.

-Me duele ir y saber que no está ahí, es todo. -Aseguró.

-¿Y si lo vas a visitar? -Sugerí.

Vi que se le iluminaron los ojos por un momento.

-No creo que a sus padres les moleste que vayas. -Comenté. -Solo pregúntales primero.

Sonrió levemente.

-¿No crees que dañe a Atid con eso? -Preguntó.

-Seguro él también quiere verte. -Respondí.

Ella me abrazó.

-¿Qué hice para merecerte? -Expresó.

-La misma pregunta me hago yo contigo todos los días. -Contesté.

Almas Reencontradas - FreenbeckyWhere stories live. Discover now