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La mesa estaba extrañamente silenciosa. Como de costumbre, Jennie había preparado una maravillosa variedad de platos, pero ésta era la única vez que la menor no tenía apetito. Lo único que tenía en su cabeza era la imagen de Jennie llorando. Todo era culpa suya.

Sin embargo, Jennie parecía estar bien por fuera. Estaba comiendo normalmente, y su expresión era la de siempre. Tranquila. No no como si le estuviera diciendo que comiera. La menor bajó rápidamente la mirada y comió a pesar de no tener mucha hambre. Seguía en absoluto silencio.

Seojoon aún no se había dado cuenta de ese extraño silencio ya que estaba ocupado revisando su teléfono en busca de correos electrónicos de su trabajo. Fue sólo hasta el final de la comida cuando se dió cuenta de la extraña tensión.

— ¿Pasa algo? ¿Por qué no habla nadie? —,  Preguntó rompiendo el silencio.

Rosé no respondió, sin saber cómo hacerlo. Jennie intervino rápidamente para salvar la situación. — Rosie está un poco estresada en la escuela. Tiene unos exámenes pronto. ¿No es así?

Rosé estaba un poco desconcertada por lo bien que se le daba mentir a Jennie, pero le siguió la corriente y asintió sería.

— Ya veo. . . —, respondió Seojoon, creyéndose la historia de Jennie.
— Me alegro de que te estés tomando tus estudios más en serio, Chaeyoung. Pero no te preocupes demasiado. Sólo esfuérzate y lo harás bien.

Después de cenar, Seojoon volvió a salir de casa para su turno nocturno. Ser CEO era un trabajo duro.

Antes de que la rubia se diera cuenta, Jennie ya estaba fuera de su vista, probablemente arriba en su habitación. Rosé no podía dejarla escapar esta noche sin hacer nada. Tenía que hablar con Jennie.

Se paseó un rato por el salón vacío, armándose de valor antes de subir a la habitación de Jennie. Llamó a su puerta con algo de seguridad.

— ¿Jennie?

No hubo respuesta durante unos segundos. Pero entonces, en lugar de oír la voz de Jennie, la puerta se abrió mostrandola del otro lado. Parecía estar bien.

— Rosie, entra. . .

Rosé entró en la habitación de la castaña y Jennie cerró la puerta atras de ellas. Le hizo un gesto a la rubia para que se sentara en la cama, una vez que lo hizo se sentó a su lado.

Rosé esperó a que Jennie dijera algo. Que dijera algo sobre la mamada que le hizo. Que la regañara. Que le gritara. Que se echara a llorar. Pero Jennie se limitó a mirar a Rosé con una expresión ilegible durante un tiempo insoportablemente largo.

Finalmente, Jennie dijo: — Rosé, lo siento.

— ¿Por qué...? ¿Por qué te disculpas? Yo debería ser la que se-...

Jennie la interrumpió. — Eso no importa. Eres menor, así que puedes sentir lo que quieras. Debería ser responsable de tu bienestar, ya que soy tu tutor. No debí haber hecho eso.

Rosé parpadeó atónita. Ahora se sentía peor. Si ella le hubiera gritado, probablemente se habría sentido mucho menos culpable.

— ¿Por qué no estás enojada? — preguntó Rosé.

Jennie le sonrió sonrojada.

— P-porque me gustas.

— ¿Q-qué quieres decir?

— Rosie . . .

— Me haces sentir rara, Jennie. Sé que no es normal pero es verdad. Quiero decir, creo que eres muy linda, pero no se trata sólo de la apariencia. Nunca había sentido esto por alguien. Las ganas de querer saber más, las ganas de querer llegar a algún lugar solo para verle.

𝐒𝐈𝐍𝐅𝐔𝐋 𝐏𝐀𝐒𝐒𝐈𝐎𝐍 | ᴄʜᴀᴇɴɴɪᴇ ɢ!ᴘWhere stories live. Discover now