LITTLE BRENDA.

CAPITULO 1

B R E N D A

EL SONIDO DE EL DESPERTADOR ME despertó, odiaba tener que despertar tan temprano, pero tenía el lado bueno ¡PODIA ESTAR CON LOS MÁS PEQUEÑOS!, el sonido de la puerta se hizo presento como cada mañana, ví a la ama de el orfanato.

- buenos días, deben bajar a desayunar y después deben ir a las clases.- informo la ama elizabeth era la más cariñosa de el orfanato aunque las otras eran más estrictas ella era todo lo contrario.

Todos bajaron al baño para cepillar sus dientes, pero me quedé en la habitación estaba pendiente de el día en que estábamos.

- brenda.-

- brenda.- el segundo llamado de la ama elizabeth me saco de mis pensamientos así que mis ojos se conectaron a los de ellas.

- ohh, lo siento ama, ¿Qué me decía?- dije mientras jugaba con mis manos para no ser regañada por no contestar en el primer llamado.

- Feliz cumpleaños querida.- oh se me había olvidado por completo mi cumpleaños, desde que estoy en el internado no me lo celebran así que se me olvida por completo.

- muchas gracias.- dije con una sonrisa en mi rostro iba a salir de la habitación, pero la ama elizabeth me interrumpió.

- Quédate aquí vengo en seguida.- salió rápidamente antes de que dijera algo así que me quedé en mi lugar esperando lo que sea que iba hacer la ama.

Unos segundos después apareció por la puerta con un cupcake con una vela rosada al media prendida, la canción de feliz cumpleaños se hizo presente en su voz.

Al terminar de cantar le di un abrazo fuerte con una sonrisa y la ama me beso la mejilla con dulzura.

- te llevaré a el comedor para que no te regañen.- dijo con una sonrisa, tome su mano para salir de la habitación y dirigirnos al comedor donde todos estaban comiendo.

-¿Por qué llegan a esta hora?- la voz regañadientes de la presidenta del orfanato se hizo presente mi manos temblaba y la ama apretó está para que no tuviera un ataque de pánico.

- tuvo un accidente y tuve de ayudarla.- al parecer la convenció muy bien y la presidenta nos dejó entra. Al estar allí fui rápido a mi silla para tomar una tostada con mantequilla.

Mientras comía estaba pensando en ir al gardin rojo (área de los más pequeños entre 3 a 10 años) para pasar un rato jugando con mis amigas, me estresaba estar con los de mi edad siempre hablan de quién tiene el pelo más largo o quien le gusta o quién se vistio mejor.

Después de terminar mi comida salí del comedor a la área roja el tamaño de mi estatura era muy pequeña así que pensaron que era de allí, entre y ví a mis amigas, me ponía triste de no estar con Sofía ya que fue adoptada y era mi mejor amiga.

Llevaba mi muñeca con un pañal de juguete la tengo desde que mamá murio esa era otra historia.

-¡Brenda!- grito Sacha desde el área de juegos tenía su cocinita de juguete y una muñeca de trapo.

Sonreí al verla y corrí hacia donde se encontraba, la saludé con un abrazo.

-¿no deberías estar en clases?- dijo mi amiga de 9 años.

- si, pero prefiero estar aquí que en esa clase aburrida.- dije con una sonrisa mientras tenía mi muñeca en mis brazos.

- es cierto.- dijo con una sonrisa.

- hola Brenda.- dijo Emilia y yo la saludé es mi otra amiga.- es la última vez que las veré.- dijo con un puchero en sus labios.

-¿te irás?- pregunté con tristeza, tenía esperanza de que esa seria yo.