Te quiero

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• Narra Enma •

Al alzar la cabeza ví el rostro de Armin sujetando el brazo de Ámber con firmeza, y detrás de él, nuestra squad. –¡Ámber, ya basta! –Gritó Armin luchando por conternela mientras ella forcejeaba para liberarse de su agarre.

Su respiración agitada y su rostro enrojecido, revelaban la intensidad de sus emociones, mientras su mirada se alternaba en mi y en Armin.

Temblorosa y atónita, observé la escena con una mezcla de alivio y miedo, agradecida por la intervención de mi mejor amigo. Con la ayuda de Armin, y el resto de la squad, conseguí escapar de la furia de Ámber, pero de repente, la directora se hizo presente contemplando la escena. Mirándonos con una mezcla de frustación y decepción, nos impuso un castigo severo y nos obligó a todos a quedarnos después de clases para limpiar todas las aulas del instituto.

Los castigados eramos: Armin, Alexy, Rosalya, Priya, Castiel, Iris, Violeta, Kim, Nath y Peggy. Después de las clases, fuímos en busca de los cubos y los trapos. Una vez ya armados, nos sumergimos en la tarea tediosa y monótona.

Decidimos dividirnos para poder acabar lo antes posible, yo estaba con Rosa y Alexy, ellos charlaban mientras yo solo pensaba en arreglar las cosas con Armin, le agradezco que me haya salvado de Ámber, debería darle las gracias también.

–Puaj, que guarra es la gente, ¿que tanto les cuesta tirar los chicles a la basura en vez de pegarlos debajo de las mesas? –Rosalya señaló la mesa con cara de asco.

–No te quejes, que por lo menos no tienes que limpiar los baños. –Alexy estaba limpiando las mesas del fondo y yo simplemente estaba sumergida en mis pensamientos.

Rosalya le hizo señales a Alexy para que me mirara, los dos vieron que estaban por las nubes. De pronto sentí un trapo aterrizar en mi cabeza y me enderecé, me giré para ver quién tenía las manos vacías, era Rosalya. –¿Estás bien Enma? No has hablado nada en todo el día.

–Si, solo que... aún no he hablado con Armin, y estoy preocupada.

—Anda, pero si te ha salvado de la escena con Ámber, ya solo con eso puedes pensar que no está enfadado contigo.

–Pero es algo normal. –Miré a Alexy. Cuando ves a alguien en peligro, tu instinto te impulsa a salvar a esa persona, ya sea o no conocida.

Alexy miró a Rosalya encogiéndose de hombros. –Hey chicos, ¿necesitáis ayuda? —Priya estaba fuera sujetando el manillar de la puerta. Con el tiempo, la tarea se volvió más amena a medida que comenzamos a bromear, Armin sobre todo, haciendo referencias de videojuegos, y charlando entre nosotros, convirtiendo la limpieza en una tarea colaborativa y divertida.

Porfin, acabamos las tareas y nos dirigíamos hacía la puerta principal, pero Armin, al intentar abrirla, pudimos afirmar de que la puerta estaba cerrada con llave.

–JAJAJA, que gafe, estamos encerrados. –Lo dice con una gran sonrisa.

La mirada de sorpresa y preocupación recorrieron nuestros rostros mientramos intentamos abrir la puerta en vano.

Me acerqué hacía la puerta a la vez que Armin se echó a un lado para llevar a cabo mi intención. Intenté abrila, pero no pude. –No puede ser... está cerrado. –Miré a todos con una cara terrorífica.

–Anda dejadme a mí. –Kentin se abrió paso y nos hizo señales para que nos apartásemos. –Voy a echar la puerta abajo. –Kentin sabe de estas cosas, es militar, asi que tiene sentido. Kentin, cogió carrerilla y corrió rápidamente hacía la puerta dándose un fuerte golpe en el brazo, pero no hubo suerte.

–Joder, que daño me he hecho. –Kentin puso su mano sobre la parte del brazo que ha sufrido el impacto.

–Anda aparta debilucho. –Castiel le apartó y se posicionó.

–¡¿A QUIÉN LLAMAS TU DEB...!? –Alexy le tapó la boca a Kentin y con su otra mano puso su dedo índice en su boca.

Castiel, intentó hacer lo mismo, pero no había manera. –Genial, esto me pasa por quedarme a cumplir los castigos de la vieja choca, me tenía que haber ido a mi casa.

–Castiel ya, deja de exagerar tanto. –Lysandro miró a su amigo con los brazos cruzados. No había manera de salir, definitivamente estábamos atrapados dentro del instituto.

Después de unos momentos de incertidumbre, decidimos tomarnoslo más a la ligera y hacer lo mejor de la situación. Nos aventuramos a explorar las áreas restringidas del instituto, jugando a las escondidas, todos jugamos menos Castiel y Lysandro que estaban sentados en uno de los bancos del pasillo. También hicimos carreras por los pasillos vacios y nos contamos historias de miedo, y la pobre de Violeta estaba pegada a Kim, y esta intentaba calmarla, yo sinceramente, no estaba muy atenta, solo quería reconciliarme con mi mejor amigo. Le miré por unos instantes y él tampoco tardó en fijar su mirada en la mía.

A medida de que la noche avanzaba, la atmósfera se volvió mas relajada y festiva, con risas y camadería que llenaban el edificio escolar oscuro y silencioso.

Con el paso de las horas, presenciamos el amanecer a traves de las ventanas del instituto, un espectáculo tranquilo y hermoso que marcaba el final de una noche inolvidable.

• Narra Armin •

Presencié el amanecer en un aula lejano del bullicio, y de repente, la puerta se abrió. Cuando me volteé ví a Enma entrar con una mirada preocupad.

–Hola. –Le mostré una leve sonrisa, me alegra que haya venido hasta aquí conmigo.

–Hola. –Se puso a mi lado presenciando el amanecer. Nos quedamos en silencio unos minutos contemplando las vistas desde la ventana.

Con miradas tímidas y llenas de emociones, quise tomar la iniciativa

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Con miradas tímidas y llenas de emociones, quise tomar la iniciativa.

–¿Estás enfadado por lo del otro día?

La miré a los ojos y suspiré mirando hacía abajo. Quise ser sincero, no podía estar enfadado con ella, lo es todo para mí. –No, no podría seguir enfadado contigo.

–Lo siento mucho Armin, sé que quisiste ayudarme, y te lo agradezco, pero me daba miedo que Dake te hiciera daño...

Me puse enfrente de ella, con la luz del amanecer a un lado iluminándonos. –Lose Enma, no tienes porque disculparte, yo también siento mucho haberte gritado, no lo merecias. –Acerqué mi mano a su mejilla y se la acaricié con delicadeza, ella me sonreía tiernamente.

Mientras compartíamos nuestras vulnerabilidades y nos disculpábamos sinceramente, pude ver en los ojos de Enma un genuino deseo de sanar nuestras heridas. Nos abrazamos en un gesto de reconciliación, dejando atrás ese momento catastrófico.

–Te quiero mucho Armin. –Su voz me daba a entender que se le saltaron las lágrimas.

Le acaricié su pelo y la estreché más contra mí. –Yo también te quiero Enma. Prometimos apoyarnos mutuamente y mantenernos unidos a traves de los altibajos de la vida, recordando siempre la noche en la que estuvimos atrapados en el instituto y como nos ayudó a encontrar el camino de regreso el uno hacía el otro.

Nos fuimos del aula, listos para un nuevo comienzo, supe que, pase lo que pase, siempre estaríamos allí el uno para el otro, listos para enfrentar juntos los desafíos que nos esperaban.

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Espero que os haya gustado mucho, si es así, déjame tu voto y tu comentario y nos vemos en el siguiente capítulo. Besitos <3

El chico de al lado ( Armin X Sucrette ) 1° TemporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora