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| Musica de Multimedia: Red Swan - HYDE & Yoshiki  |

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V | El Final del Verano |

	Emmanuel fue el primero en salir del túnel, sus ojos brillaron con tal intensidad al observar a los cientos de técnicos cargar mangueras, reparar cazas estelares y varios soldados haciendo sus rondas vespertinas bajo las estrictas órdenes de sus ...

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Emmanuel fue el primero en salir del túnel, sus ojos brillaron con tal intensidad al observar a los cientos de técnicos cargar mangueras, reparar cazas estelares y varios soldados haciendo sus rondas vespertinas bajo las estrictas órdenes de sus comandantes en jefe.

La vida que él soñaba, los pasillos que anhelaba recorrer cuando jugaba y el heroísmo que se respiraba en aquella pista grasienta era algo espectacular. Comenzó a buscar a su tío, sin éxito alguno, sus ojos dieron con los miembros de Retaguardia, cargando algunas cajas a su nave estelar: El Deidad.

Inconscientemente, soltó la mano izquierda de su madre, al mismo momento en el que el médico de los Dioses se acercaba a ellos; salió corriendo hacia Alec y Gabriel, los cuales lo recibieron con un saludo eufórico.

—¡No te vayas tan lejos, corazón! —exclamó Sofía, llevándose su mano al pecho y comenzó a temblar por la sensación térmica de la plataforma de despegue. Héctor llegó y le puso su capa de viaje encima—. Gracias, mi vida.

Forseti sonrió al instante de escuchar la apacible voz de su amada, él siempre se alegraba al tener la fortuna de despedirse de ella antes del comienzo de cada misión; inclusive, el Dios sufrió demasiado al pensar que, tras el fracaso de las Dunas del Ocaso, la perdería para siempre.

Si eso sucediese, jamás se lo perdonaría.

—De nada, mi cielo —respondió Héctor, abrazando con fuerza a su amada. Sofía se refugió en sus brazos y aspiró el olor de su perfume—. ¿Guardando un recuerdo para nuestra siguiente ocasión?

—Siempre, mi vida, siempre —reconoció la mayor de los Márquez, abrazando con más fuerza al hombre—. Cuidate allá afuera...

—Lo haré, es una promesa —sonrió, llevó una de sus manos a su cinturón y dos Partículas salieron, una fue directo a Emmanuel y la otra, se quedó sobre el pecho de la mujer—. Con estos dos, me aseguraré que estés a salvo. No quiero volver a perderte.

Arcángeles Ancestrales: Leyenda IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora