| Segunda Parte de la Trilogía "Leyenda" |
"La realidad siempre difiere de la guerra".
Tras dos años del sorpresivo ataque de la Resistencia a la Federación, la General "Guaichia" sigue en búsqueda de las respuestas adecuadas para poder contraataca...
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En eras antiguas, la Estrella del Éxodo se erigió como la primera maravilla celestial en la vastedad del espacio por la humanidad, una antigua Esfera de Dyson que llevaba consigo los vestigios de la grandiosa expansión humana. Abandonada por la humanidad en su incansable búsqueda de nuevos horizontes, esta estructura cósmica se convirtió en un monumento silente de tiempos pretéritos.
En el núcleo de esta estrella, alguna vez un sol radiante que nutría incontables mundos con vida y energía, ahora reposaba apagado y tranquilo. La Esfera de Dyson, una construcción colosal que envolvía la estrella, se extendía en espiral como una red de filigranas cósmicas. Con sus paneles solares, en algún momento resplandecientes con la energía de sistemas solares enteros, ahora reflejaban la luz distante de las lejanas galaxias.
Aquello que solía ser corrientes de energía luminosa, danzando en una sinfonía cósmica alrededor de la esfera, se han transformado en filamentos tenues y delicados de gases etéreos. Pintando un lienzo de colores vibrantes en la oscura inmensidad del espacio, adoptando tonos celestiales: azules resplandecientes, rosas suaves y verdes iridiscentes que danzaban en un ballet silente eterno.
Desde la distancia y en la actualidad, la Estrella del Éxodo se presenta como una joya cósmica olvidada, sus colores susurrando secretos de eras pasadas y tecnologías perdidas. Aunque ahora sosegada y apagada, su presencia resuena en el vacío del cosmos, un recordatorio de los logros y las aspiraciones que alguna vez llevaron a la humanidad a alcanzar las estrellas. En la soledad del espacio, aguarda, con sus misterios esperando ser desentrañados por aquellos que se atrevan a explorar sus recovecos olvidados.
—Es hermoso... —se detuvo el Dios a unos cuantos kilómetros a observar la estructura, que en su mayoría era oscura ante la ausencia de luz—. Nuestros antepasados eran muy ambiciosos...
—Una maravilla del inicio de la era estelar —musitó Ray, mostrando un pequeño holograma con la estación en funcionamiento y múltiples naves escapando de la plataforma primaria—. Una lastima que todo acabó sin conocer las consecuencias.
En aquel rincón olvidado del universo, la inevitable transición hacia el ocaso de la Estrella del Éxodo comenzó a tejer su narrativa cósmica. La esencia de la antigua Esfera de Dyson, envuelta en su propia grandeza, ofrecía la posibilidad de un destino diferente: el Orbe Gravitacional Protegido. Ya que, con el colapso inevitable de la estrella, los ingenieros y científicos se embarcaron en la audaz empresa de transformar la antigua esfera en el Orbe. En un acto de ingeniería cósmica sin precedentes, la tecnología avanzada contenía las fuerzas descomunales del colapso estelar, convirtiendo la estrella agotada en un agujero negro encapsulado.
