| Música de Multimedia: PSYCHO - Self Deception |
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"Un amigo es como un trébol, es difícil de encontrar y da buena suerte".
Desconocido—.
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—¡Sueltale ya, Comandante! —exclamó Tamara, sacando su arma y rozando el gatillo—. Está a nada de matar a un servidor público, el uso de violencia extrema está altamente prohibido.
Miguel comenzó a respirar de forma pesada mientras sostenía con su mano derecha el cuerpo inconsciente y sangrante del Capitán Tully, pegó un grito de furia y con su mano izquierda, la dominante, le pegó un puñetazo directo a la nariz, terminando de quebrar su tabique nasal.
—Baja el arma, Ariel II, es una orden —musitó el Arcángel, aventando la humanidad de Tully con fuerza hacia la pared, este cayó encima de una pequeña mesa de imitación de madera—. Estar apuntando a un...
—Conozco la ley, Comandante, pero también sé que no está permitido matar si el enemigo no apunta contra nosotros... —recordó Hipólita, bajando su arma para poder ir a comprobar el pulso del viejo hombre—. Y más siendo de nuestro bando, él no ha hecho nada a ojo público.
La mujer guardó su arma y corrió hacia Tully, puso sus dedos sobre la carótida y comprobó el pulso, intentando controlar sus crecientes emociones, mientras que, Jäger resopló frustrado y pateó varias cosas del departamento hasta caer rendido, tallándose el rostro de frustración.
—Es imposible que no supiera lo que tiene —susurró para sí mismo Miguel, comenzó a respirar de forma agitada y su pensamiento empezó a nublarse—. No tiene sentido... Es como si... —Se llevó las manos a la boca y observó con atención a su subordinada; ella se encontraba tratando de detener las múltiples hemorragias mientras le acomodaba y vendaba los dedos rotos—. Ariel, revisa sus bolsillos, busca algún colgante o algo extraño; si dice la verdad y no sabe dónde encontrar eso, tuvo que recoger algo de la explosión del BEER-tud.
Tully abrió los ojos al ver a Tamara revisarle los bolsillos, comenzó a girar con la poca fuerza que le quedaba y metió sus manos en ellos, sacando una cadena y mostrándole el colgante en forma de corazón que había guardado junto con estas.
—Tully, tú... ¿acaso no sabías? —cuestionó la antigua líder de las Amazonas, el Capitán negó mientras soltaba en llanto—. ¿Puedo abrirlo?
El oficial asintió y cerró sus ojos mientras lloraba del dolor, Tamara abrió el colgante y vio dos fotografías pequeñas, cada una con dos rostros diferentes: una mujer de treinta años con una hermosa sonrisa y ojos cafés y un niño, de diez años, con pecas sobre sus mejillas y risos del mismo color que la mujer, negro azabache.
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Arcángeles Ancestrales: Leyenda II
Science Fiction| Segunda Parte de la Trilogía "Leyenda" | "La realidad siempre difiere de la guerra". Tras dos años del sorpresivo ataque de la Resistencia a la Federación, la General "Guaichia" sigue en búsqueda de las respuestas adecuadas para poder contraataca...