CAPÍTULO 23

37 0 0
                                    


MISAEL ROUS

Entre a la nueva oficina mi celular empezó a sonar y contesté de inmediato

-Mi Querido Misael, este viejo aún no acostumbra a llamarte así - Sonreí antes sus palabras, se escuchaban sus pasos alejarse

- Abuelo, ¿Cómo va todo? ¿Cómo están ustedes? - pregunté cerrando la puerta detrás de mi

- Todos estamos muy bien pero hay cosas que se están complicando hijo

- Se más específico por favor - Pedí fruncido el ceño

- Te hablaré de negocios especialmente de los negocios de tu padre - afloje el cuello de mi camisa aclarandome la garganta - Si, sé qué tú andas metido de lleno en tus cosas y le dedicas poco tiempo a esto pero es importante lo que tengo que decir así que si estás de pie toma asiento

- Habla de una vez, me pones nervioso - Soltó un suspiro

- Tu sabes que por mucho yo he estado al frente de los negocios de tu padre cosa que deberías estar haciendo tu, pero yo entiendo que esté no es tu fuerte - dice y yo me senté digamos que soy esa oveja descarrilada de la familia a mi abuelo y a mi padre les interesó más el mundo de los negocios, empresas y todas esas cosas y yo pues me fui más por la vida Militar - he manejando muy bien tu patrimonio que como hijo y único nieto te corresponde todo a ti ya que pues tu hermana no está con nosotros, pero han surgido una sería de inconvenientes en estos últimos meses que necesitan de una buena toma de decisiones que como pensaras no puedo tomar yo solo ni tampoco tu abuela

Ya sé más o menos por dónde va esto, en algún momento me lo imaginé, el se ha echo cargo de todo de la mano de mi abuela siempre andan juntos a cualquier lado

-Los socios e inversionistas piden de tu presencia y estamos en búsqueda de nuevos socios para los próximos proyectos, proyectos que tu mismo aprovaste cuando te hablé de ellos. Los socios no piden mucho solo piden que te presentes ante ellos unas tres o cuatro veces al mes

- No será tan difícil cumplir con eso abuelo, hemos trabajado bien en estos últimos años

- Lo sé hijo pero falta algo y es que tu padre antes de irse dejo puesta una cláusula que yo no puedo romper y que estás obligado a cumplir. Para yo hacerte entrega de todo tienes que casarte, así tu palabra a la hora de la toma de decisiones pesará más - el no me puede estar diciendo eso es una pendejada

- Eso es una estupidez no haré eso...

- Pues tienes que hacerlo fue algo que dejó tu padre - Me levanté de golpe de la silla - O que? qué creías que meter a todas esas muchachitas a tu habitación cuando tenías dieciséis años no traerían consecuencias?  Y eso mismo estabas haciendo en Londres todos los fines de semana metías a una mujer diferente a tu departamento

- ¿Cómo sabes eso? ¿Me estás espiando? A eso te decías en tu tiempo libre a espiar a tu nieto? - Dije negando y soltó una risa irónica

- Yo no te espió, pero qué creías que estos sesenta y seis años no dejaron nada a lo largo del camino? Yo también se mis mañas Misael Rous por algo tu llevas mi sangre corriendo por tus venas - rode los ojos antes sus palabras es un viejo zorro mañoso sabe escabullirse muy bien en su mundo y cuando se lo propone obtiene buenos resultados favorables

- Y dónde crees que conseguiré una buena esposa a estas alturas? -

- Eso no lo sé, ya la decisión es tuya, tu verás si te casas con una mujer de la vida libre o sacas a una monja de un convento, solo te recomiendo mirar bien con quién te casarás. Te casas y duras unos dos o tres años luego te divorcias y dices que no funcionó

Hermosa DestrucciónWhere stories live. Discover now