CAPÍTULO 51

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Las semanas pasan y nada se siente igual dure tres días entre las sábanas sin ánimos de levantarme pero todo tiene que seguir, tengo un trabajo que requiere de mí presencia tengo visitas que hacer, vistas que atender, órdenes que dar, operativo que organizar, investigaciones que atender y solo lo puedo hacer yo por más que Sandoval este enfrente ayudándome no le puedo dejar todo el trabajo a él solo

Mi hermano me dejó en el Buro y luego se fue al hospital, entre a las instalaciones encontrándome con Sandoval en la primera planta sin me sonrió al verme y empezó a ponerme al tanto de las cosas que sucedieron el día de ayer

-¿Y que te dijo? – pregunté a lo que me estaba diciendo

- Me negó la solicitud y dice que usted no está en condiciones de asistir – rodé los ojos cansada y subí a la oficina con la orden en la mano, abrí la puerta encontrándome con Jeremías en el sofá y al Coronel de pie junto a la ventana

-Buenos días Coronel, Capitán Mancini – Les di un Asentimiento de cabeza y el hombre se giró para verme, tare una barba de días que no le queda tan mal ¡Dios santo…!

- Debemos empezar a tocar la puerta Capitana – Me tragué la mala cara – Pensé que ya no trabajaría aquí, se tomó cuatro días de vacaciones el trabajo no da para tanto descanso Capitana Brown – Rodé los ojos por el tono de voz que está utilizando

- Hay una orden que necesita de fue aprobación urgente – Dije dejando la carpeta y negó sin abrirla

- Si es la que trajo Sandoval pues me niego a firmar, orden negada y si me lo permite tenemos trabajo que hacer, y usted debería ir reponiendo esos días de descanso

-Solo debes poner tu firma esa hoja y listo – dije y volvió a negar tome y bocana de aire asintiendo – Fue un gusto ver sus patéticas caras – Recogí la carpeta y salí de la oficina dándole un portazo a la puerta

¡Bendito sean los hombres que habitan está tierra!  

Ahora entiendo porque Noé solo subió animales al Arca

Me apresuré en llegar rápidamente a la oficina del ministro y esperé al llamado, su asistencia dijo que podía pasar y entre rápidamente, estaba de pie hablando por celular impaciente es mí segundo nombre,  hice el debido saludo militar y este me miró con cara despreocupada

-¿Arya Brown siguiendo protocolos? Avisas al entrar y me brindas el saludo militar cuando solo estamos los dos… interesante

-Ministro hay una orden que necesita de la firma del Coronel y sin razones algunas se niega a firmarla – Dije extendiendo la carpeta la tomo y empezó a leerla – No, nos brinda sus razones y debemos hacer acto de presencia si el no atiende los llamados yo si me veo obligada hacerlo

Me miró por un momento tratando de estudiarme y aparte la mirada, enderezando mí frente y llevando las manos a mí espalda

-Te sientes bien? – preguntó en tono de preocupación la naríz me pica

- En perfectas condiciones Señor Ministro – asintió mirándome y lo vi tomar un bolígrafo

- Entonces no veo el porque deba negarme, preparen topas Capitana salimos en una hora – Asentí tomando la carpeta y salí a pasos apresurados  llegando a la cafetería el grupo Élite está regado me detuve

- ¡La Élite arriba salimos en una hora! – Los soldados empezaron a moverse y me fui al campo de entrenamiento - ¡Sandoval somos en una hora! – Sandoval salió corriendo y se detuvo frente a mí

- La firmó? –

- El Coronel no, el Ministro si – Empecé a caminar a su lado llegando al patio de aterrizaje ya el Ministro estaba en posición, crucé algunas palabras con el sobre las tropas y se alejó cuando lo llamaron

- Te encanta salirte con la tuya… - Su mano se poso en mí cintura y me alejé dando dos pasos al frente

 – Sandoval sube a Rex… ¡Todos arriba y el que no suba en cinco se queda! – dije girándome para mirarlo. Las horas pasaron demasiado lento para mí gusto, el aterrizaje fue tranquilo, los pies me pesan me senté subiendo los pies y cerrando mis ojos

-El cansancio se nota – dijo Julieta sentándose a mi lado

-A cada paso – dije riendo y me levanté para empezar a caminar al interior del Buro español, este es más pequeño pero así como estuvimos en unos meses atrás así está este, las personas corriendo de un lugar a otro secretarías lejos de sus puestos. Rex va a mí lado abriéndose paso entre las personas algunas se alejan rápidamente.

Hay un grupo que se mueve sigilosamente me quedé de pie cerca a la puerta mirando fijamente los autos estacionados

-Debemos alejarnos de las puertas y ventanas… - Le Susurré al Ministro quién iba a mi lado y me mire incrédulo rodé los ojos y me gire

- ¡Todos lejos de..- Nuestra voces sonaron al mismo tiempo y lo mire abriéndole los ojos, si ni quería me había fijado que estaba a pocos pasos de mi hablando con la rubia- ¡Todos lejos de las puertas y ventanas ahora! – siguió el y todos empezaron a verse las caras, Jeremías tomo mí mano y me jalo hasta el patio de entrenamiento me zafé de su agarré y lo mire

-Hola pequeña – dijo con una sonrisa y lo mire mal, sentándome una de las bancas

-¡Qué hola ni que mierda desaparece!- le grité cuando se paró frente a mi con los brazos cruzados- ¿Todo bien?- Le pregunté a Sandoval

-Esta tratando de desactivar un carro bomba – Dijo y asentí, nos sumergimos en un silencio espantoso hasta que llegaron los rangos y empezamos con las debidas reuniones es un poco agotador en mi estado el estar de aquí para allá y de allá para acá, me quedo atrás cuando empezaron el recorrido y descanso por unos minutos, Sandoval, el Ministro y Julieta van a mí paso. Un grupo ido un comentario algo incómodo para mi para luego empezar a reír

Fui la primera en llegar y acomodarme en el asiento Misael se acomodo frente a mi y Jeremías a mí lado, cerré los ojos un momento

-¿Cómo te sientes? – preguntó mirándome

-Que te importa – dije abriendo el libro que tenía sobre el regazo

- Te recuerdo que cargas a nuestro hijo dentro de ti, por lo tanto me importa – Hablo en voz baja y rodé los ojos, bufó molesto cuando no le respondí, volví a quedarme en el buro cuando llegamos ni tenía muchos ánimos de ir a mí departamento y quedarme sola, como tampoco quería ir a casa y tener que verle la cara a Misael...

Hermosa DestrucciónKde žijí příběhy. Začni objevovat