CAPÍTULO 44

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Nos tomamos el lugar, reviso habitación por habitación y no encuentro nada. Mancini va detrás de mi, Álvarez va a mi lado, cruzamos el pasillo deteniendonos en la última habitación.

Mí corazón está como loco queriéndo salirse

Abrí la puerta de una patada y todo se me vino abajo... Sentí mí mundo caer a pedazos a mis pies

¡No! Está acostada en una cama a medio lado sobre un charco de sangre, me apresuré acercarme a ella mi mente quedó en blanco

- ¡Arya! ¡No! - Sus lindo ojos están cerrados tiene la mano en la herida y... El bebé

Álvarez se quitó el casco y empezó a revisarla

- ¡Tiene pulsó pero está muy débil debemos sacarla de aquí!- Yo sigo pasmada mirando la sangre, Jeremías está en la puerta mirándola con los ojos bien abiertos - ¡Que debemos irnos! ¡Reaccionen!

La tome en mis brazos y salí con ella corriendo nunca había sentido tanto miedo como el que tengo ahora, no sé a donde voy... Solo quiero llegar a un hospital. Me subí a la camioneta en la parte trasera, Álvarez empezó a conducir sin importarle nada, Jeremías va en silencio... Está pasmado mirando sus manos primera vez en mí vida que lo veo guardar tanto silencio

Todo se me salio de las manos, ya no siento su respiración. Paso mis manos llenas de su sangre por su mejilla, tienes que estar bien o me volveré loco...

Estuve apunto de volverme loco en estos dos días donde no recibí ningún tipo de información sobre ella, no hemos descansado nadie lo ha echo, ni sus padres, ni su hermano, ni mis abuelos que viajaron ayer cuando se enteraron de la noticia ni los que vamos aquí en el auto.

Julieta se encargaba de que todos estuviéramos calmados, dándonos ánimos y diciendo que Arya estaría bien, ocupándose de algunas cosas, se ve fuerte pero todo eso solo es una coraza anoche la vi llorar cerca de la piscina con la vaca de peluche que le regaló a Arya... mientras murmuraba “Vamos a encontrarte se que vamos a encontrarlos” “Tengo muchas cosas lindas para tu bebé que tengo que mostrarte” “Necesito contarte algo que sucedió con Jeremías”  

Llegamos al hospital y me baje rápidamente del auto corriendo con Arya en mis brazos, los enfermeros y paramédicos del hospital Militar corriendo rápidamente subiéndola a una camilla y llevándosela.

Me arrecoste en la pared y me deslicé hasta quedar sentado en el piso, no tengo cabeza para otra cosa que no sea ella. Tengo las manos ensangrentadas, mi cabeza duele mi pecho también. No sé qué hacer...

- Todo estará bien, todo tiene que estar bien - Jeremías sé agachó frente mi, sus ojos están rojos. Nos levantamos y nos sentamos en uno de los sofá. Mi ropa pica...

- ¡Hijos!- escuché la voz de mi abuela y eso fue como un detonador para que las lágrimas y el nudo en mí garganta se adueñaran de mi, me levanté cuando empezó a correr en mí dirección y me abrazo, sus brazos cálidos me envolvieron - Todo está bien mi cielo... Ella es muy fuerte - dijo pasando sus manos por mi rostro.

La familia de Arya también llego estamos dos en la sala esperando cualquier noticia positiva no quiero más, el ministro y Sandoval acaban de llegar.

El desespero por saber algo está acabado conmigo empecé a dar vuelta todos la sala mi abuela se acercó para decirme qué debía descansar pero no puedo descansar no por lo menos hasta saber algo de ella, necesito saber si ella está bien

-¡Codigo azul! ¡Código azul habitación 115 paciente embarazada! - me quedé quieto sin moverme ni mirara a nadie. Me está empezando a faltar el aire mi pecho se comprime

Hermosa DestrucciónOnde histórias criam vida. Descubra agora