CAPÍTULO 33

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- Acabemos con esto ya - lleve la mano a la parte detrás de mi pantalón pero reconozco ese agarré, Jeremías está detrás de mi y agarró mi mano antes de que sacará el arma. Suspiré frustrada -Tan importante eres para Misael que no me dicho tu nombre y tan poca cosa eres para mi que no me interesa saberlo

Jeremías me hizo dar un paso atrás cuando la mujer se movió. Ella detuvo la mirada en el hombre que está detrás de mí

- Una vez te dije que te sacaría del camino de ambos pero nos estás poniendo el camino difícil una vez alguien me dijo “a ella le encanta ponerle el camino difícil a las personas” - Reconozco esas palabras son recientes ¡Maldita sea no! - y tiene toda la razón pero a mi me gustan los retos...

- ¡Dime dónde putas tiene a mi sobrina! -me zafe de Mancini y le apunté con mi arma - ¡Habla de una puta vez si no quieres que te habrá la garganta solo para sacarte la lengua por ahí - soltó una carcajada

- No sé de qué mierda me hablas, estás loca, el dolor de perder a tu mocosa te tiene delirando -  hundi el gatillo haciendola saltar - ¡Detente estúpida! Además de Zorra, loca

- ¡Yo no estoy jugando así que me dices ya lo que quiero saber o te vuelvo la cabeza a tiros! ¡Y me importan tres hectáreas de mierda lo que pueda pasar! - caminé haciéndola retroceder se subió al auto pero me le atravesé prendió el motor y Jeremías me empujó a un lado cuando intentó arrancar y se fue sin dejar nada, un par de soldados se fueron detrás de ella.

Me quedé ahí tirada en el suelo hasta que Jeremías me ofreció su mano lo mire por un momento pero me levanté al escuchar la voz de mi madre

- ¡Arya cariño! estás bien?- asenti levantándome no es seguro que estén aquí a fuera

- Que refuercen la seguridad, cualquier movimiento sospecho me informan de inmediato  - les informe a los soldados y estos se movieron rápidamente 

- Que pasó allá afuera? - preguntó mi hermano

- Paso que debí matar a esa estúpida cuando tuve la oportunidad. ¿Dónde está Misael?- dije y me señaló el despacho sin muchas ganas le di un beso en la frente y entre a la cocina.

- Vas a implementar ese modo de ejecución? ¿El de la corbata? - Jeremías entro a la cocina y se sentó uno de los taburetes.

- No es una mala idea - Sonreí y corte una rebana de postre de tres leches - Quieres? Lo hice hace como tres días - empezó a reírse y asintió le puse un pedazo y empezó a comerlo.

El silencio nos abrazo y las ganas de llorar me atacaron. Mi celular empezó a sonar Jeremías corrió hasta la sala y volvió con su ordenador esperé que estuviera listo y contesté

- Querida Capitana... - ese hijo de su puta madre, rode los ojos

- Maxim no estoy para escuchar tus clases de filosofía ni que me digas nuevamente que soy tu amor platónico porque puedes meterte esas palabras por dónde no te entre la luz del sol. Estoy hasta de escuchar tu voz así que si tienes algo importante que decirme ve al maldito grano - lo escuché reír

- Arya... - Esa voz femenina no se me es familiar - Soy Lena la hermana de tu padre, tu tía...

- La hija traicionera... - dije y Jeremías empezó a reír - Que bueno que tengas un buen hijo capaz de dar las razones - la escuché reír

- Dijo que querías verme y yo quiero conocerte personalmente me enteré de lo que pasó con la Pequeña Zoely y quiero ayudar - suspiró - Me encuentro ahora mismo en españa, te mandaré un correo con la dirección donde nos podremos encontrar tu decides si ir o no - dijo y colgó  intercambie miradas con Jeremías quien escuchó la conversación

Hermosa DestrucciónWhere stories live. Discover now