03. Galletas y Nutella

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«You're here for a reason but you don't know why»

False confidence - Noah Kahan.

ASTER ❋

Me lo veía venir, de la misma forma en la que ves el balón aproximarse a tu rostro en educación física. 

Mi abuelo tiene un nuevo huésped en la cabaña cada semana. No puede vivir sin ofrecerle la mano a cada extraño que conoce. Tiene una gran intuición para encontrar personas buenas, lleva más de 50 años haciéndolo y nunca ha dejado pasar a nuestro terreno a alguien malo, entonces ¿Por qué demonios este idiota logró engañarlo?

No me gusta que se aproveche de la narrativa de pobre hombre en busca de un futuro mejor cuando es un rico privilegiado que podría comprar 500 estancias como la nuestra si quisiera. Creí que no podría enfadarme más este día, pero puedo y va a peor.

—¿Lo dicen en serio? —cuestiona Kale.

—Lo hago todo el tiempo, ve a ducharte —ordena mi abuelo—, tenemos ropa extra de los empleados. Aster te hará un espacio en el granero donde puedas quedarte. 

Bien, al menos se quedará fuera de la cabaña. Es probable que el abuelo solo quisiera molestarme con el comentario anterior, es malo pero es "Menos malo" que la primera idea. 

—No haré tal cosa. —reclamo ofendida.

—Aster. —llama mi abuelo, su tono cambia a uno serio.

—Abuelo

—Aster.

—Hortencio.

—Aster Thunder.

—No lo haré, él no me cae bien.

—¿Cómo te puede caer mal alguien que no conoces?

—Es mi intuición —me encojo de hombros—. Me duelen los brazos, estoy hecha trizas.

—Aster, has tenido peores días, solo te estoy pidiendo que veas que no estén los perros allí dentro o hayan hecho un desastre, lo limpiaré yo.

Suelto un largo suspiro. Cuando mi abuelo no lo ve, Kale me saca la lengua y busco paz hasta de donde no tengo para quedarme sin accionar.

—Se lo pediré a Nazar —informo al ir a la cocina, cierro de un portazo—. ¡iré a cenar!

No mentí, si fui a preparar la cena en lo que le dejé la responsabilidad a mi mejor amigo. Pongo doble Nutella a las galletas, caliento el té, corto los bordes de los mixtos de jamón y queso o lo que sea que pueda para utilizar la cocina como excusa de ver qué ocurre allá fuera. La cocina tiene una pequeña ventanilla que da justo a la puerta del granero.

Veo a Nazar llevarlo hasta allí, carga un par de mantas, ropa de invierno que pertenece a la cafetería y puedo notar que Kale tiene entre las manos una tableta de pastillas. Creí que estaba haciendo un gran trabajo de espionaje, pero apenas entra, mi amigo se gira a mirarme fijo. Casi me caigo del susto.

Me apresuro a poner toda la comida en las bandejas y subirla a nuestro sitio de encuentro. Acomodo las almohadas en el sofá, ni siquiera mi mejor abrigo de lana me logra salvar de la sensación de estar congelándome los huesos. Tomo un largo trago de té caliente que me quema la lengua. Nazar llega pocos minutos después, envuelto en nieve.

La película está puesta hace veinte minutos. Sin embargo, ninguno de los dos le está prestando atención. Harvel dejó de ser buena desde que ya no sale el soldado de Cristal. 

—Sabes, me ha dado pena, el granero es helado, creo que no deberías juzgarlo...

—Silencio. Tú no sabes la verdad.

No apto para artistasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora