06. Sangría

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«So I call my mom, she said to get it off my chest
Remind myself the way you faded 'til I left
»

Now that we don't talk - Taylor Swift 

ASTER 

La idea de ir a la universidad me provoca escalofríos.

No, no es el gran edificio, no es la presión, no es la falta de tiempo, no es la dificultad académica. Es la sensación de que eso te quita por completo la libertad que tenías antes, es un pensamiento herrado, irracional y encasillarte, lo sé, pero parte de mí siente que una vez entrar tendré que empezar a aceptar que la mitad de mis sueños no serán posibles.

Nunca le he dicho a nadie cuales son mis sueños.

Además de Coco, quien rodó los ojos e hizo su mayor esfuerzo por no burlarse. Lo cual fue irónico, porque mis chistes nunca le sacaron una sonrisa pero en mis charlas serias se moría a carcajadas.

No lo extraño ni un poco.

Por ello solo puedo suspirar el asco que le tengo cuando recibo una notificación de su correo electrónico. Bloqueo su contacto, ya lo he hecho en todas las redes, jamás creí que debería eliminar a alguien de Spotify. Pero aquí estamos.

Acabo de almorzar y me doy un descanso de tarde por primera vez en meses. En el piso de arriba lo único que se oye es a Daisy bailar y cantar las canciones de kale.

Puedo reclamarle muchísimas cosas a ese idiota, pero también tengo mucho que agradecerle, como devolverle las ganas de bailar a mi hermanita luego de su lesión o que le diera un hobby sano y una obsesión "segura".

A su edad, yo recuerdo estar loca por programas con mensajes equivocados sobre la vida y demasiado asustada como para salir de casa, mucho menos saldría a fiestas temáticas como las que ella va por él. No entiendo como alguien tan vacío como Kale puede llenar su vida.

Y a la vez, como entiendo como alguien tan vacía como yo puede ser su hermana.

Ella me mira sonriente, con los ojos brillosos y moviendo la cabeza de lado a lado. Se quita los audífonos, la música está a todo volumen.

—¿Qué haces? —le pregunto como si no fuera obvio.

—Manifiesto que Kale agarre su Instagram y anuncie que estaba de vacaciones.

—¿Tú realmente crees que pudo haber desaparecido? ¿o muerto? Una sobredosis quizá.

—Kale no se droga.

—¿Cómo sabes? Lo he visto en fotos, un poco acabadito sí que está.

—No le vuelvas a decir así —pide con total seriedad, hay enojo oculto detrás de su pedido autoritario—. En general no hables de él, lo único que consume son pastillas para dormir. No lo conoces, no sabes lo que ha tenido que vivir.

—Me lo puedo imaginar, su dinero y su vida perfecta debió ser muy duro para él.

—De hecho, no —toda la felicidad que rodeaba a Daisy desaparece—. Te quedaste muchos años atrás donde los ídolos estaban rotos a partir de la fama. Kale es complejo, con muchas historias de superación que nos comparte en sus canciones; es uno de nosotros, tiene los mismos problemas, ¿No lo has escuchado nunca? ¿Tienes idea de lo irrespetuoso que es que juzgues su trabajo en base a como se ve?

—Deja de creer todo lo que ves en internet.

—Y tú deja de creer todo lo que te inventas en tu cabeza.

—Estoy segura de que esas canciones tan bonitas que dices se las escriben.

—No te pregunté.

—Pff, como sea, sigue manifestando. Te apuesto que no dura dos semanas en donde se está escondiendo y regresa a su "dura" vida.

No apto para artistasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora