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→oc!fem
→inspirado en los libros
Melody deberá someterse a una fuerte prueba para demostrar de que lado se enc...
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AL OÍR EL CUERNO, TODOS NOS MIRAMOS, AL MISMO MOMENTO QUE EL CAPITÁN GRITO.
— ¡Cabaña 7, formen fila! — Grite con fuerza y encaminando la fila, detrás mío se encontraba Lee.
Lee Fletcher, medio hermano y el mayor de todos, era uno de mis favoritos. Además de que me ayudaba con las tareas de la cabaña.
Si yo fuera atacada o me sucediera algo, Lee debía tomar el cargo como capitán y atender a nuestros hermanos como lo hice yo. Al ser el miembro más viejo en la cabaña, yo ocupaba el cargo desde el segundo hijo de Apolo que llegó.
Una vez logré que todos se mantenieran en fila hasta la mesa, me senté entre medio de Melissa y Aarón, mis mejores amigos-hermanos.
— ¿Creen que lo reclamarán? — Me gire para observar a la persona que Aaron señalaba, hice una mueca con mis labios al ver a Percy con su copa en mano.
— Lo dudo — Melissa, con su respectiva forma negativa de siempre.
— Melissa — Dije mientras elegía que le daría de ofrenda a mi padre —, adoro tus buenas vibras querida.
— Ja, Ja, Ja — Río entre cortadamente, Melissa llegó cuando yo ya tenía tres años de antigüedad, fue la primer hija de Apolo en llegar, después de mí. Ambas nos sentimos conectadas al ser las únicas hijas mujeres, cuando ella llegó yo tenía diez años y ella doce.
— Coca-Cola — Pidió Aaron sonriente, amaba las gaseosas con su vida, era mucho más probable que muriera por la cantidad de bebidas con gas que tomaba.
— Licuado de frutilla — Todos los cercanos y que escucharon, volteamos a mirar a Melissa —. ¿Qué? Puedo tomar lo que quiera, de todas formas lo tomare yo.
— Agua — Murmure con la copa en mano y bebiendo un trago observando a alguien, con mi mirada en Percy.
— Vayamos a hacer la ofrenda.
— Claro — Melissa bufo, ella odiaba hacerla y más aún, dejar su comida más apetitosa a nuestro padre.
Sosteniendo mi plato en manos, comencé a caminar a las llamas que se encontraban en el medio de las mesas y suspiré.
— Padre, necesito tu consejo — Con un pedazo de carne jugosa, acerque mi mano al fuego para soltarlo y luego agarre la más bonita de las fresas, repitiendo el proceso —. Artemisa.
— ¿Le sigues ofreciendo a Artemisa también? — Me pregunto Aaron, mientras tanto caminabas hasta la mesa para volvernos a sentar.
— Claro — Respondí con desinterés, al inicio de mi llegada solía prenderle solo a mi padre y eso fue hasta que conocí a Artemisa. La diosa que se había ganado mi corazón, adoraba todo lo que inspiraba —. Es nuestra tía, ¿por qué no lo haría?
