Capítulo 20: Probar algo

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― Bueno, a ver si te entiendo un poquito ― Agustina no paraba de recorrer su propia habitación de un lado al otro. Clara estaba cruzada de brazos sobre la cama. ― Entonces... hace unas semanas que ¿garchas con Enzo Fernández?

― Si ― asintió con seguridad.

― ¿Y prometieron no contarle a nadie?

― Si.

― ¿Y que haces contándomelo? ― rio en una carcajada. Clara suspiró. No tenia esa respuesta, no sabía por qué decidió hablar con ella después de todo. Era confuso, estaba confusa. La que pensó seria la peor noche de su vida terminó siendo... tranquila. Inclusive aliviadora. Porque escucharlo, hablar, llorar, todo eso la alivió.

― No se Agus, necesitaba sacarlo. Sabes... estar con él es distinto.

― ¿Distinto? ― sus cejas se levantaron con diversión ― ¿Distinto a qué? ¿A Leandro? ¿La tiene más grande?

― Agustina por favor ― se quejó entre risas ― no me refiero a eso. Quiero decir, basta ― la retó al observar como la rubia no paraba de reír ― que me siento bien. Eso.

― Lo que me da más bronca es que ese pendejo de Enzo vive haciéndome chistes y no poder hacer ninguno me jode ― soltó risueña, pero ante la mirada de hartazgo de Clara se puso seria. ― Ok, esta bien. ¿Qué es lo que te asusta Clari? Porque no entiendo. Es distinto ― Clara asiente ― y ¿Qué es lo malo?

― Es que... ― suspira ― me siento bien con él y no es algo que me este pasando mucho últimamente.

― ¿Te asusta sentirte bien con él? ― Clara asintió, permaneciendo en silencio. Agustina se acercó y se sentó a su lado. ― Supongo que es normal, teniendo en cuenta que es Enzo Fernández la persona de la que estamos hablando. Es un buen pibe Clara, pero...

― Si, ya se. Tiene novia.

― ¿La conoces?

― La conocí ayer en la fiesta ― admitió ― es muy linda.

― Es linda y complicada ― Agustina carcajeo ― hace unos años la conocí, yo estaba con tu hermano. Era muy gracioso porque ella y Enzo parecían manejar el mismo humor y... nada, no importa. El punto es que te gusta Enzo Fernández.

― No me gusta Enzo Fernández ― protesta Clara, sacada.

No. No era que le gustaba, no podía ser eso. Le gustaba la idea de pasar tiempo con él, le gustaba la idea de estar en la cama con él. Le gustaba él como idea, pero definitivamente no él como persona. No podía gustarle, no debía. No.

― Clari ― se ríe. Sino la conociera hace tantos años tal vez le creería. Pero su cara la delata, está rara. Y solo una vez en la vida Agustina la había visto de esa manera y fue cuando Leandro comenzó a ser un tema de conversación. ― no tiene nada de malo.

― ¿Nada de malo? ― la cara de ingenuidad. Enzo eraba roto. Enzo era una persona rota, tan rota como ella misma estaba. Y de la forma difícil de arreglar, de esa manera que es difícil encontrarle la vuelta para seguir. ― Agus, Enzo está mal.

― ¿Y no se buscaron por eso? No sé Clara, vos sabrás que hacer ― no la iba a presionar, no la iba a perseguir. Clara debía darse la cabeza contra la pared para entenderlo. Siempre fue así, nunca por la fácil. ― es complicado, pero... si te sentís así.

― ¿Conociste a su hija? ― la pregunta le salió disparada.

Los ojos de Agustina se abrieron ampliamente, pero con tranquilidad asintió. Clara sintió un nudo en el pecho. La herida que Enzo cargaba a cuestas parecía ser mucho más profunda, aunque el hecho de que haya hablado de ella, de su hija, la movilizó. ¿Lo haria con la gente? Es obvio que todo el mundo lo sabe, que nadie es ajeno a lo que "le pasó". Pero ¿él lo hablará?

Claroscuro - Enzo FernándezWhere stories live. Discover now