Capítulo 18

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La cafetería se iba llenando gradualmente mientras Sam y yo aguardábamos la llegada de Demian. Había salido recién de la universidad y, al encontrarme afuera, Sam había decidido acompañarme hasta aquí.

Mis pensamientos eran un caos absoluto. El leve lloviznar fuera de la ventana era un reflejo perfecto de mi estado de ánimo. Me sentía confundida respecto a Demian, pero no quería compartir mis emociones con nadie. Me parecía absurdo, probablemente solo yo me sentía así. Prefería guardar mis sentimientos para mí, y desde la llamada de la noche anterior, Demian no había mencionado nada. La llamada terminó antes de que despertara esta mañana y desde entonces, el silencio se había convertido en mi compañero.

¿Estaba cometiendo un error al empezar a sentir esto? Cada pregunta que daba vueltas en mi cabeza parecía carecer de respuesta.

La cafetería se iba llenando, y más de una persona nos había pedido la silla que ocupábamos. Hasta el momento, nuestra respuesta fue que estábamos esperando a un amigo. Sam había estado observándome en silencio, apenas habíamos intercambiado unas cuantas palabras.

El sonido de una silla arrastrándose interrumpió mis pensamientos. Al girar rápidamente la cabeza, fruncí el ceño al ver a Demian tomando asiento a mi lado.

—¿Dios, no sabes lo que es un reloj o simplemente ignoras la puntualidad?—espeté, dejando entrever mi disgusto.

—No seas tan dura, Seraphine —respondió con una sonrisa amplia, como si disfrutara de mi descontento.

Sam, observando la interacción con una mirada extraña, decidió unirse a la conversación.

—¿Seraphine? —preguntó con curiosidad.

—Es su segundo nombre —intervino Demian, interrumpiendo—. Pensé que, al conocerla más, lo sabrías.

Sam, intentando comprender la situación, continuó la conversación.

—Entonces, ¿Seraphine es tu segundo nombre? —preguntó, mirándome con curiosidad.

—Sí, así es—respondí con un gesto de aprobación—. Pero no me agrada que me digan así

La manera en que Demian se había unido a nosotros de repente y su actitud burlona no parecían casar con la imagen que tenía de él.

—¿Y tú? ¿Por qué llegas tarde? —pregunté, tratando de cambiar el foco de la conversación hacia su tardanza.

—Tuve un inconveniente. Pero ya estoy aquí, ¿no es eso lo importante? —respondió Demian con una sonrisa de lado.

Demian parecía jugar con la incomodidad en el aire. Sus comentarios sutilmente cargados de sarcasmo y sus chistes aparentemente inocentes resonaban de manera extraña en la atmósfera.

—Bueno, Sam, ¿cómo te las arreglas para soportar a Seraphine? —preguntó Demian, con una sonrisa traviesa, como si estuviera buscando incomodar.

La mirada de Sam reflejaba sorpresa ante la pregunta, pero respondió con cortesía:

—Emma es una buena compañía, a veces algo testaruda, pero se le quiere.

Demian soltó una risita.

—Es difícil de creer —bromeó, con una mirada furtiva hacia mí.

Su actitud y comentarios sugerían algo más que bromas. Sentí un nudo en el estómago al percibir una tensión adicional entre ellos dos.

Decidí tomar las riendas de la situación y soltar un comentario similar.

—Demian puede ser un tanto arrogante, pero bajo toda esa fachada... bueno, sigue siendo bastante arrogante —dije con una sonrisa sarcástica.

Así que bésame por última vezDove le storie prendono vita. Scoprilo ora