Capítulo 23

12 1 1
                                    

Estábamos en casa de Adam, pasando una tarde agradable juntos. Sam, Adam, Demian y yo estábamos sentados en el sofá, viendo una película. De repente, mi teléfono sonó y vi que era un mensaje de Demian.

"Hey Seri, solo quería decirte que esa sudadera café te queda hermosa."

Sonreí al leer el mensaje, pero me pareció extraño que me lo dijera por mensaje en lugar de decírmelo en persona, ya que estábamos sentados juntos en el sofá. Decidí responderle.

"Muchas gracias, Demian. Pero ¿por qué no me lo dices de frente si estamos al lado?"

Mientras Sam me observaba con curiosidad, mi teléfono volvió a sonar con otro mensaje de Demian

"Lose, pero esta Sam y te mirara con más detenimiento y pensara lo mismo que yo y solo yo quiero apreciar lo hermosa que eres"

Sentí como mis mejillas comenzaban a sonrojarse y lo mire disimuladamente y para mi sorpresa él ya me estaba mirando con una sonrisa de lado en su cara, el simple hecho de imaginarme a Demian celoso me daba risa y una sensación extraña en el cuerpo.

Entre risas y la película de fondo, Sam y Adam estaban totalmente sumergidos en la trama, mientras que Demian y yo continuábamos con nuestra charla por mensajes. Cada vibración de mi teléfono hacía que una sonrisa se asomara en mi rostro. Era un juego inocente, pero me hacía sentir especial, como si fuéramos cómplices de algo más allá.

"¿Y si te digo que tu sonrisa es aún más hermosa que la sudadera?", escribió Demian en su siguiente mensaje.

Entre risas, respondí: "¿Y si te digo que tu sentido del humor es aún más atractivo que tu apariencia?".

La respuesta de Demian llegó casi de inmediato. "Entonces diría que somos el par perfecto", decía su mensaje.

Con la película terminada, nos encontrábamos en un debate sobre qué ver a continuación. Demian me miraba con una sonrisa juguetona, como si estuviera a punto de decir algo, pero antes de que pudiera abrir la boca, Sam irrumpió.

—¿Alguna sugerencia para la siguiente película? —preguntó Sam, pasándome el control remoto.

—Bueno, ¿qué tal si vemos 'Barbie'? —sugerí, con un tono de burla en mi voz.

Demian fingió una expresión de horror, abriendo los ojos de par en par.

—¿Tengo cara de que me gusta Barbie? —protestó, poniendo una mano en su pecho en un gesto dramático.

—Tienes cara de que no te gusta nada —refunfuñé, cruzándome de brazos.

Demian rió ante mi comentario y me quitó el control remoto de las manos con un gesto cómico.

—Ahí está tu respuesta —dijo, mientras comenzaba a buscar otra película.

La sala se llenó de risas mientras continuábamos con nuestra noche de películas. A pesar de las bromas y las risas, no pude evitar notar la forma en que Demian me miraba de vez en cuando. Había algo en su mirada que me hacía sentir especial, y no pude evitar sonreír cada vez que nuestros ojos se encontraban.

La noche continuó con más risas y bromas. Adam decidió que era hora de ver una película de terror, a pesar de las protestas de Sam. Demian y yo nos reímos mientras Sam se cubría los ojos durante las escenas más aterradoras.

En medio de la película, sentí que Demian me miraba. Volteé hacia él y nuestras miradas se encontraron. Había una chispa en sus ojos que me hizo sonrojar. Me sonrió y volvió a concentrarse en la película.

Después de un rato, Sam se quedó dormido, roncando suavemente. Adam se rió y decidió que era hora de ir a dormir. Demian y yo nos quedamos viendo el final de la película, mientras Adam se iba a dormir a la habitación de su hermano.

—Seri... —pronunció Demian, su voz sonaba diferente, más frágil. Su llamado hizo que girara mi cabeza hacia él, preocupada por su tono quebrado.

—¿Pasó algo? —pregunté, llevando mi mano a su cabello en un gesto de apoyo.

—Gracias...—sus palabras se desvanecieron antes de poder completarlas.

—¿Por qué? —pregunté.

—Porque desde que llegaste, mi vida tomó sentido. Ya no me siento tan solo —admitió, mirándome con una intensidad que me tomó por sorpresa.

Sentí un nudo en la garganta al escuchar sus palabras. No sabía que se sentía así.

—Demian, siempre estaré aquí para ti. No tienes que sentirte solo —aseguré, apretando su mano.

Una sonrisa se dibujó en su rostro y asintió.

—Lo sé, Seri. Y eso es lo que me hace sentir afortunado.

Sentí un cosquilleo recorrer cada fibra de mi ser. Esas famosas mariposas que siempre imaginé empezaron a revolotear en mi estómago. Las palabras de Demian no solo me hacían sentir valiosa, sino que confirmaban que lo que vivíamos era real, que sus sentimientos hacia mí eran genuinos.

—Yo también soy afortunada de tenerte—susurré, acariciando su mejilla con ternura.

—¿Por qué?—preguntó, con un pequeño puchero y esa mirada tierna que podía derretirme por completo

Mierda verlo así, tan vulnerable, cuando me hacía pucheros, dios quería morir ahí mismo. Jamás me imagine el impacto que podría tener un simple gesto en mí y eso era siempre con él. Demian podía generar mil sentimientos a mí sin siquiera decir algo.

—Porque desde que llegaste me siento menos triste, cuando tengo días malos o siento que no puedo más estás ahí y no me sueltas—mi voz se quebró y tragué con fuerza—. Mierda lo que quiero decir es que desde que llegaste a mi vida siento que no caeré porque estarás ahí.

La expresión de Demian mostraba asombro y ternura al mismo tiempo. Luego, me abrazó con una fuerza reconfortante, como si quisiera protegerme del mundo entero.

—Nunca nadie había llegado a mi corazón como tú lo has hecho, Seri —susurró Demian, su voz llena de emoción—. Estoy feliz de poder decir que alguien tan extraordinaria como tú ha visto algo en mí, alguien que antes se sentía invisible.

Me sorprendió escucharlo hablar con tanta sinceridad. Para mí, Demian era todo menos invisible. Era amable, divertido, cariñoso y, sobre todo, genuino. No podía entender por qué se veía a sí mismo de esa manera.

—Demian, nunca has sido invisible para mí —le dije, mirándolo a los ojos—. Desde el momento en que te conocí, supe que eras alguien especial. Eres amable, divertido y siempre estás ahí para mí. No sé qué haría sin ti.

Demian me miró con una expresión de sorpresa y luego sonrió. —¿No que era la persona más desagradable que habías conocido? —bromeó, recordando nuestras antiguas bromas.

Reí y le di un suave golpe en el brazo.

—Eso fue antes de que te conociera realmente, tonto...

No pude terminar la frase cuando me interrumpió

—Soy tu tonto

Puso su mano en mi cara y me beso. Sus labios estaban suaves y fríos, ya nos habíamos besado tantas veces y seguía sintiendo que me derretiría cada vez que pegaba sus labios a los míos, sentía como la tensión en mi cuerpo disminuye en su beso. Al morder con suavidad mi labio inferior, una sensación eléctrica recorría mi piel, erizándola por completo.

Sonrió levemente sobre mis labios, y detuvimos el beso casi si despegarnos al sentir a Sam moverse, pero seguía durmiendo. Demian paso su mano suavemente por un mechón de mi pelo acariciándolo suavemente.

Estaba absorta en ese beso, sin duda tenía mil emociones revoloteando dentro de mí, él se separó unos pocos centímetros y ladeo la cabeza mirándome de una manera que sentía que podía ver mis mayores miedos y mis mayores anhelos.

—Eres mi luz en la oscuridad, Seri —susurró, su voz llena de emoción—. Eres la razón por la que sonrío cada día y la persona que hace que cada momento sea especial. Ya no puedo imaginar mi vida sin ti.

Así que bésame por última vezWhere stories live. Discover now