Parte 52.

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Preguntas que no se atreve a hacer por el momento.

Responde después de un largo momento.

—Entiendo.

—Zewujun, se muy bien que todos creen que mi shidi es una persona tosca y cruel pero la verdad es que es muy amable. No le gusta mostrar ese lado suyo porque no confía fácilmente en los demás pero le aseguro que es una buena persona.

Lo mira con tranquilidad, su explicación es dada con el objetivo de no hacer más áspera la relación entre Jiang Cheng y los Lan.

—Estoy seguro que así es...

—¡Ah! pero cuando entra en confianza es un total tonto y a veces se comporta como un idiota jajaja.

La sonrisa de su cuñado hace que el ambiente se vuelva cálido muy aparte de las palabras que acaba de decir. En cierto punto también cree que el líder Jiang es una persona muy linda.

Qinghe Nie.

Tiene los ojos cerrados para calmar aunque sea un poco el dolor de cabeza, mueve su abanico con calma proporcionando un poco de tranquilidad y aire fresco a su alrededor.

—Ya veo.

—Líder, sólo se encontró una pequeña madriguera, según vimos fue abandonada hace poco, estamos seguros que sólo se trata de un grupo pequeño.

—Sigan las pistas y acaben con ellos, no necesito más problemas.

—Sí.

—Retírate.

—Sí, traeré una infusión para el dolor de cabeza.

—Sí, sí, haz lo que quieras.

Una vez solo, abre los ojos y tiene la mirada perdida.

Aún recuerda cuando llegó a este lugar, estaba asustado pero mantuvo la cabeza fría.

La novela que siguió durante tanto tiempo aquí era una realidad, estaba confundido ya que éste estaba recreado en el mundo abo, una especie de multiverso quizás. Todos los datos y hechos ocurridos eran los mismos pero con la diferencia de que aquí existían seis géneros.

Ya sabía a que atenerse no era como si no hubiese leído novelas de este tipo. Fue emocionante, en un principio.

Yendo un poco hacia atrás su vida anterior no fue de las mejores, tenía dinero y poder pero no tuvo una familia como los demás, nunca se sintió amado.

Quizás tuvo un poquito de ese amor fraternal de parte de su hermana mayor pero la diferencia de edad era un obstáculo, no se veían a menudo, ella vivía en el extranjero y sólo se veían en algunas ocasiones.

Y su madre, que decía quererlo pero no la tuvo cerca siempre, luego del divorcio pasaba los días viajando, dejándolo solo con la servidumbre incluso en los días festivos.

Él siempre estuvo solo, es por éso que se mantenía siempre dentro de su habitación junto a sus pasatiempos favoritos, no era muy adepto a los deportes, lo aburrían. Y lo mejor era escribir largos argumentos en ínternet, poniendo en apuros a los autores de novelas web y sus fans.

En fin, no quería interponerse ante la felicidad de los demás, tampoco quería ser una carga en sus vidas.

En cierta manera agradeció llegar a este lugar, inospito pero al cual ya lo llamaba hogar, cuando llegó su hermano mayor ya había fallecido y no hubo ninguna interacción con él.

Según los escritos que fueron hechas por sus propias manos decían que definitivamente eran muy unidos como familia, era una lástima que ambos hermanos hayan perecido y se fueran tan jóvenes de está vida.

Entre nubes, nieve y algodón. (ChengXi) Where stories live. Discover now