A menudo Jimin se quejaba de lo monótona que era su vida, sin saber que el destino le había preparado diversos acontecimientos que alterarían la pacífica vida de llevaba, haciéndole desear regresar a esos días en los que su vida gozaba de tranquilid...
Hoseok se quedó mirando al niño con incredulidad por un momento, su mente giraba tratando de procesar la situación. Lentamente, dejó caer la cuchilla y se acercó al niño con cautela.
- ¿Estás bien, pequeño? - preguntó Hoseok, tratando de mantener la calma en su voz.
El niño asintió tímidamente, sus ojos llenos de miedo se encontraron con los de Hoseok, buscando seguridad y protección.
-Está bien, no temas. Estoy aquí para ayudarte -susurró Hoseok con voz suave, tratando de calmar al niño tembloroso.
El niño se aferró a Hoseok, buscando consuelo en el abrazo del desconocido que ahora se convertía en su única esperanza de supervivencia. Hoseok sintió un nudo en la garganta y el miedo comenzo apoderarse de él al darse cuenta de que ahora tenía una responsabilidad aún mayor: proteger a este pequeño niño. ¿Acaso era una señal del universo para que dejara de culparse por la muerte de su hija?
- ¿Cuántos años tienes? - preguntó el mayor.
- Dos..así - respondió el menor señalando la cantidad con sus deditos. Hoseok asintío eternecido - Me llamo Liam...Park Liam.
- Un gusto, soy Min Hoseok - el niño extendió sus brazos para que el mayor lo cargara.
Con el niño en brazos, Hoseok revisó la casa rodante en busca de suministros y provisiones. Encontró algunas latas de comida, agua embotellada y mantas, suficiente para asegurar su supervivencia por un tiempo. Decidió no quedarse mucho tiempo en aquel lugar expuesto y peligroso. Cargó al niño en su espalda y se encaminó en busca de un refugio más seguro, donde pudieran resguardarse temporalmente y planificar su próximo paso.
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El doctor Min Yoongi se sentó en silencio en su consultorio, observando el horizonte a través de la ventana empañada por el paso del tiempo. Había pasado más de un mes desde que la infección zombie había arrasado con más de la mitad de la población coreana. Dentro del todo el caos del momento, Min quedo atrapado en el piso 7 del hospital, sin posibilidades de escapar de aquel lugar.
Con el paso de los días logro despejar cuatro plantas del hospital con la esperanza de lograr salir de aquel inhóspito lugar. Sin embargo quedaban las tres últimas plantas, donde la cantidad de infectados normales y especiales abundaban exageradamente.
La infección se propagó rápidamente en el hospital, un lugar donde acudían personas asintomáticas en gran número, lo que facilitó la rápida expansión del brote.
Los suministros se estaban agotando, y la esperanza de encontrar una salida estaba empezando a desvanecerse.
A pesar de las circunstancias, Yoongi se aferraba a un hilo de esperanza. Había establecido una rutina meticulosa para sobrevivir: racionar los alimentos, conservar el agua y mantenerse alerta ante cualquier señal de peligro. Pero lo más importante, seguía buscando una forma de escapar.
Cada noche, trazaba mapas en su mente, imaginando posibles rutas de escape y examinando cada rincón de las plantas del hospital que estaban despejadas, en busca de una posible salida. Pero hasta ahora, cada intento había sido en vano.
Las últimas tres plantas estaban repletas por hordas de infectados, y cualquier intento de salir solo conduciría a una muerte segura.
Sin embargo, Min se negaba a rendirse. Sabía que debía mantener la mente aguda y los instintos afilados si quería sobrevivir. Con determinación, se levantó de su silla y se ajustó la mochila, listo para otro día de exploración y búsqueda de recursos.
Mientras recorría los pasillos desiertos del hospital, una sensación de soledad lo envolvía. Recordaba a sus colegas, a los pacientes que no lograron sobrevivir, a los amigos que había perdido en el caos inicial y, en particular, a su hermano menor junto a su sobrina, quienes bagaban en el mundo exterior. Claro, si es que aún seguían vivos.
Decidido a no dejar que la oscuridad lo consumiera, Yoongi continuó su búsqueda. Sabía que la esperanza era frágil en tiempos como estos, pero mientras tuviera un aliento en su cuerpo, seguiría luchando por su supervivencia y la de los demás.
A medida que avanzaba por los pasillos, una luz débil parpadeó en la distancia. Con el corazón latiendo con fuerza, se acercó lentamente y vio una puerta entreabierta que conducía a una escalera de incendios.
Una corriente de aire fresco se filtraba desde el exterior. Una sonrisa de esperanza se extendió por el rostro de Min. Había encontrado una posible salida.
Suspiro profundamente y se preparó para enfrentar los peligrs que aguardaban más allá de esa puerta.
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Hey! Espero que aún alguien recuerde mis historias. Ha pasado un largo tiempo sin dar actualizaciones, siempre me disculpo por ello mil veces, pero a veces siento que es muy poco. Lamento haber dejado abandonada la historia, tuve grandes cambios en mi vida. Comenzando por lo principal, dejé la carrera de medicina. En el tiempo que estuve estudiando siempre pensé que amaba la carrera, pero me equivoqué, no era lo mío, realmente nunca lo fue.
Sin dar más contexto de mi vida, espero disfruten el capítulo. Byee.
