SALMA

Inefable

Enamorarse puede ser una de las cosas más aterradoras para un ser humano. Aún más cuando es la primera vez con el sentimiento.

Eres joven y con un futuro por delante, lo sabes perfectamente. Estudias para asegurar una buena vida y toda esa mierda. Pero eres humano y sientes.

Es abrumador comenzar a sentir atracción por alguien, un sentimiento difícil de explicar y de controlar. Solo quieres estar a un lado de esa persona y no despegarte jamás, sientes la necesidad de rozar su mano y jugar con sus dedos porque de alguna forma te hace sentir más conectado a ella.

No conoces nada de la vida y, por ende, no sabes cómo llevar la situación con madurez, de hecho, es más difícil de lo que piensas.

Las personas hablan de ti e intentan dañar el sentimiento tan bonito que tienes, comienzan los problemas y roces que poco a poco agrietan esa confianza y amor que los une, esa y muchas otras cosas más que te hacen sentir inseguro.

Pero al final amas. Amas aunque el mundo te lo impida. Amas aunque no debas amar. Amas, amas, amas, porque es algo que no puedes evitar.

Entonces todo inexplicable, un sentimiento inefable que no puede expresarse, que solo tú sabes como se siente y que es tan fuerza e incapaz de romperse aunque muchos quieran que pase.

Y no está mal.

Comprender que forma parte de la vida no es algo que todos podamos aceptar con facilidad, tal vez sea difícil, pero cuando encuentras esa forma característica de mirar, esa risa en particular o ese olor tan reconocible no hay nada que pueda detenerte.

No tengas miedo de lo que pueda pasar, una ruptura te puede dañar, pero no matar. La dependencia existe, pero eres tú el encargado de evitarla.

Que lo que pasará mañana no te impida hacer algo que quieres hacer hoy, tienes una sola vida, disfrútala hasta donde decidas parar.

Y no tengas miedo de amar.