SALMA

Cantarte al oído.

Ven conmigo hasta el fin del mundo, te invito a vivir las mejores maravillas en él sin soltar mi mano, sé que un viaje largo nos espera, lleno de altas y bajas, pero estando juntos valdrá la pena cada segundo.

Te invito a ser parte de mi vida, y de mi camino, tienes mi consentimiento para navegar en mi mente y revisar mis pensamientos, te aseguro que en cada uno de ellos estarás, o al menos en la mitad.

Acompáñame a vivir en un lugar donde nadie nos moleste, donde podamos ser libres sin temer a lo que diga la gente. Sé parte de mi camino, si estamos juntos jamás sentiremos frío.

Quiero entrar en tu corazón, y conocer tus sentimientos, que en cada mañana me des un beso en la frente y que me recuerdes que soy tuya, quiero que nos amemos, sentarnos a admirar las estrellas bajo la luz de la luna.

Ser tu cómplice y compañera de locuras, tocar timbres y salir corriendo mientras el viento sopla y mueve nuestros cabellos, acariciar tus dedos y recostarme en tu pecho. Sentir tu respiración en mi cuello, oler tu perfume cuando pases por mi lado, alejados, donde nadie pueda encontrarnos.

En un mundo o galaxia distinta, donde nadie nos impida querernos y solo existamos tú y yo, porque no hace falta nada más que dos almas expuestas y dispuestas a amarse.

Así que ve, dile a tu familia que te irás con una chica risueña lejos, a vivir, a ser feliz, y si no te sientes listo te esperaré todo lo que sea necesario con tal de algún día poder estar contigo, viviendo sin cohibiciones, viendo tus ojos brillar tanto como el sol, y que los míos brillen más.

Dedicarte canciones.

Cocinar junto a ti.

Cuidar nuestro jardín.

O cantarte al oído.