Vínculo especial.

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Pasé mucho tiempo de mi vida admirando desde lejos como las demás personas eran felices con sus relaciones, siempre me pregunté como se sentiría ese sentimiento de abrazar a alguien teniendo un vínculo tan especial, pero no encontraba respuestas, pues nunca lo había vivido.

Y tal vez había sentido alguna especie de atracción hacia alguien más, aun así jamás se sintió bien. Era simplemente... vacío, solo me quedaba apoyar a mis amigos o incluso a mis primos y acompañarlos a verse con sus parejas solamente para verlos feliz, anhelando en lo más profundo de mi alma que algún día se me diera la oportunidad de sentir eso.

El tiempo se escurrió, sentí que nadie jamás iba a interesarse verdaderamente en mí, que había algo mal en mí y que nunca iban a tomarme en serio. Todo esto se convirtió en un sueño cohibido, en algo donde siempre sería una espectadora más.

Leía todas esas veces donde los protagonistas narraban desde sus perspectivas a su novia y realmente soñaba en que alguien me viera con ojos de amor, que cuando le preguntaran por mí inconscientemente una sonrisa se plasmara en su rostro y pensara «Ella es preciosa, es genuina, es perfecta»

Quería que alguien me amara y lo dijera sin miedo, alguien que no temiera a presumirme ante los demás con orgullo, alguien que me hiciera sentir bien.

Alguien que se preocupara por mí y preguntase si tenía un problema, alguien que acudiera a mis amigas cuando estuviéramos en malos términos buscando una solución para arreglar los problemas. Y simplemente no lo tenía, estaba sola, me sentía sola.

Sí, muchas veces me alegré de ver a los demás viviendo su romance, pero en el fondo sentía un ápice de envidia por querer, al menos, algo que se asemejara a ese sentimiento.

Entonces dijiste que me amabas, y no supe si creerte, me parecía difícil aceptar que alguien verdaderamente me amaba, dijiste que le hablaste a tu hermana de mí, y sí, me dio un poco de miedo, pero esa simple acción me hizo dar cuenta de que si formaba parte de tu vida.

Sin darme cuenta mi familia también conoció tu existencia y sin miedo pude decirles que me gustabas, porque estaba segura de que eras mi chico indicado, dijiste que era perfecta, y aunque no lo soy, en ese momento me sentí más querida que nunca, y lo disfruté.

Y sentí eso de lo que tanto me hablaban, ese sentimiento tan incomparable que no conocía. Entonces mis amigas también me apoyaron y ahora no era la única que estaba sola en el grupo.

Y al fin, mi sueño se cumplió.

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