1.2. Divagaciones sobre presentaciones

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Volumen 2. Capítulo 2: Sobre las divagaciones durante las presentaciones.



Después de motivarme a mí mismo, finalmente entré al aula designada para la Clase 1-D. Y, pese a mi inicial valentía post sonrisa de Tsubasa, no dije nada cuando ingresé por la puerta y caminé en silencio por toda el área.

El salón no estaba completamente lleno y los grupos todavía no se formaban. Esta debe de ser la oportunidad perfecta para acercarme a alguien con la intención de formar una amistad. Mientras caminaba pude observar a algunos cuantos estudiantes que se veían como buenos prospectos para ser mis amigos.

Sin embargo, me limité a buscar mi asiento.

Tsubasa se había quedado atrás momentáneamente. Su asiento asignado fue el primero ingresando al salón, mientras que el mío era el último al lado contrario. Incluso el destino parecía estar en contra de los planes de la chica.

Por el rabillo del ojo la vi tratando de venir a mi encuentro, pero antes de eso fue interceptada por algunas de nuestras compañeras que estaban en los alrededores de su asiento. No eran nada silenciosas así que pude escuchar varias de las preguntas que le hacían en su bombardeo.

Nanase miró a mi dirección para pedirme ayuda y sacarla de ese aprieto. Sin embargo, con mi propia mirada, le transmití el deseo que tengo de que haga buenas amigas desde el primer día.

No le quedó otra opción más que unirse a la conversación. A diferencia de esas chicas normales, se notaba a kilómetros lo mucho que le cuesta seguir el ritmo de la charla. Pero es algo a lo que debe acostumbrarse ahora que vivirá estos tres años de la manera que lo haría una estudiante como cualquier otra.

Asentí con orgullo por verla dar un pequeño paso en esta nueva vida suya e inmediatamente dejé mis cosas en mi propio pupitre. Ahora que Tsubasa está haciendo su máximo esfuerzo por acoplarse, yo tengo que poner el mío. Al fin y al cabo, si yo no me acerco a nadie, no puedo esperar a que ellos tengan la determinación de hacerlo.

Miré hacia todos lados en busca de alguien que parezca solitario. Es más fácil comenzar haciendo un amigo que hacerlo con cinco de ellos.

Puse mi vista en el asiento que estaba en diagonal al mío. Ahí estaba una chica que emitía las mismas vibras extranjeras que yo. Sus rasgos son definitivamente orientales, pero estoy seguro de que no es japonesa.

Ella también mí miró después de unos segundos. Estuvimos unos cuantos instantes mirándonos el uno al otro. Nos examinamos de pies a cabeza en busca de algo que confirme nuestras sospechas. Y cuando cruzamos las miradas para preguntarnos si nuestras suposiciones eran correctas, finalmente lo tuve claro.

Ella se movió de su asiento en cuanto yo lo hice del mío. No estábamos lejos, de hecho, se podría decir que somos como una especia de vecinos de asiento, así que no tardó más de un segundo en que ambos estuviéramos el uno frente al otro.

Ambos movimos los labios al mismo tiempo.

"¡No eres de aquí!"

"¡Definitivamente no eres de aquí!"

Con el primer avance hecho, ambos nos reímos por la coincidencia entre nuestras palabras. Se podría considerar como algo raro, pero es que en este lugar definitivamente seríamos considerados como un espécimen raro.

Es obvio que nuestro país de origen es completamente diferente y distinto, pero el mero hecho de compartir una experiencia tan aterradora como era el estar en un lugar completamente desconocido para nosotros, nos acercó de inmediato.

KIYOPON... ¿¡LATINOAMERICANO!?Where stories live. Discover now