Volumen 2. Capítulo 8. Solucionando problemas.
Llegué más temprano que de costumbre al aula de clases. Con el evento escolar acercándose cada día más, las cuestiones que debemos tomar en cuenta se vuelven cada vez más importantes y las cosas que hay por hacer aumentan gradualmente.
Ayer por la noche recibí todo tipo de mensajes de mis compañeros de clase respecto a sus asignaciones. Todos los que tenían un trabajo que era indispensable para el espectáculo ya habían terminado, así que supongo que es una buena señal de que todo ha estado yendo de la mejor manera posible. De ahora en adelante solo debemos concentrarnos en nuestras dos artistas principales y en los acompañantes.
Y esto por sí solo es un gran problema. Las cosas con Sakura no han ido para nada bien en los últimos días. Pese a que sigo intentando acercarme a ella poco a poco y manteniendo una distancia considerable, nada de lo que he intentado ha funcionado para ganarme su confianza. Y no solo eso, cuando pensé haber hecho un mínimo avance, por algún motivo todo lo ganado se perdió y retrocedimos cinco pasos.
Respeto mucho a Airi, la tengo en estima como a todos nuestros compañeros de clase, pero esto no puede seguir así por mucho tiempo; más para por su propio bien que por el colectivo. En el evento escolar se va a enfrentar a la mirada de cientos de estudiantes varones y no puede quedarse congelada o huir a la mitad. Sería catastrófico para su salud mental y su autoestima.
Supongo que tengo que actuar con mayor asertividad.
- "Buenos días, Ayanokouji-kun." -
Ryūko, quien llegó unos minutos después de mí, me saludó amablemente como siempre lo hacía. A diferencia de su amiga de cabello rosado, ella no muestra un defecto que sea claramente visible para ser colocada en la Clase-D; incluso por sí misma puede ser una estudiante de Clase-C o Clase-B. Y ciertamente no hubiera sospechado en lo más mínimo lo que pasaba con ella si no hubiera tenido acceso a los expedientes de ambas cuando hablé con Chabashira-sensei.
- "Buenos días, Ryūko. ¿Todo va bien?" -
Ella asintió en aprobación, pero no la veía del todo convencida en su gesto. Abrió la boca para hablar, pero la cerró al instante siguiente y se mantuvo en silencio, tal vez pensando que no era buena idea contarme lo que sucedía. Eso definitivamente quiere decir que algo ha pasado.
- "Ah, sí, todo bien. Iré a sentarme..." -
Sinceramente el defecto de Nishimura no me parece que sea de los más graves; o mejor dicho no frena su desarrollo académico, por lo que no es una prioridad para mí. Todavía puedo dejar pasar un tiempo hasta que necesite arreglar su comportamiento, si es que necesita cura. Sin embargo, sigue siendo una compañera de clase y una de nuestras artistas principales para el festival de talentos; si hay algo que la moleste, me encargaré de solucionarlo.
- "Ryūko." - antes de que se fuera a su asiento, la llamé. - "¿Estás segura de que todo va bien? Quiero ayudarte con cualquier problema que tengas." -
La chica se mordió los labios con fuerza casi llegando al sangrado. Su mirada vagó hacia el reloj de pared colgado en una de las paredes del aula; todavía faltaban treinta minutos para que el comienzo de las clases llegara, por lo que nuestros compañeros comenzarían a llegar en cualquier momento.
- "No sé si deberíamos hablar aquí..." -
Dándome una indirecta, asentí de regreso y la acompañé fuera del salón. Es normal el no querer que otras personas no se enteren de tus problemas, pero si es necesario dirigirnos a un lugar donde nadie pueda escuchar ni por error, significaba que las cosas eran mucho más serias y complicadas de lo que pensé en un inicio.

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KIYOPON... ¿¡LATINOAMERICANO!?
FanfictionKIYOTAKA NO SUFRIÓ DE LOS ABUSOS DE LA WHITE ROOM, PERO TUVO QUE ENFRENTARSE A ALGO MÁS PELIGROSO QUE ESAS CUATRO PAREDES BLANCAS: LATINOAMERICA.