Capítulo 14 - S2

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La vieja residencia de la familia Sparda.

Un lugar dejado atrás por la familia, que era visitado de forma recurrente por la madre, pues está aún le guardaba cariño al lugar donde había vivido con su amado esposo por tanto tiempo, y donde sus hijos vivieron.

Tan tranquilo y silencioso lugar se vio interrumpido por un repentino estruendo.

<¡¡Crash!!>

Un jarrón cayó al piso y se hizo pedazos, a su lado un plumero, herramienta que hizo caer el jarrón.

Ella, estaba aquí.

La madre de los hijos de Sparda, estaba de rodillas al lado del jarrón.

Con una mano en el pecho, se hiperventilaba, su rostro completamente en shock y sus ojos brillaban a punto de quebrar en llanto.

— Mis niños, mis amados niños ahhaaagg- — sostenía fuertemente su vestido rojo sobre su corazón.

El llamado de una madre es fuerte, tanto que puede cruzar fronteras, y ahora mientras estaba limpiando tranquilamente, sintió el dolor, el pesar y la agonía de uno de sus hijos...

Mirando por la ventana, la luna llena iluminaba el pasillo donde estaba bajo la ventana, una foto familiar se encontraba, tambaleante logró levantarse y poso sus manos sobre esta foto.

— Da-dante, Vergil... Por favor, por favor —lo único que tenía, su única familia que tanto amaba, y sentía que estaban en peligro mortal— ¡Sparda! ¡Mi amor!... Te lo suplico por favor ¡¡Protegelos!!

Grito con todas sus fuerzas, cayendo lentamente de rodillas, había terminado de colapsar en llanto.

— Protege a nuestros niños... —y entonces agacho la mirada, abrazando el marcó de la foto, con el recuerdo de la foto de su familia y su gran amor que dejó este mundo— Te lo suplico...

Protegelos...

Estaba tan lejos de ellos, no podía verlos, no podía escucharlos, ni atenderlos... Ni cuidarlos, no podía hacer más que llorar.

...

¿Qué tan lejos estás dispuesto a llegar por tus ambiciones? Y...

¿Qué acciones estarías dispuesto a hacer por lograrás?

Preguntas que pocos o nadie se hace, pues, todos tienen un limite, un límite personal o moral, dependiendo la meta o ambición en cuestión.

Pequeños chubascos yacian sobre la ciudad, y a lo lejos una gran nube negra cubría los bosques cercanos, fugaces pero poderosos relámpagos iluminaban los nubarrones.

Relámpagos que iluminaban la ciudad.

Y de los chubascos una leve lluvia surge, y bajo esta, un joven de cabello blanco camina en completo silencio.

Era él...

Vergil

El hijo mayor de Sparda, aquel joven que bajo la lluvia, era consciente de su ambición... Y de las cosas que estaba dispuesto a hacer, para alcanzarla.

Había dejado atrás el cuerpo de su hermano menor, aquel joven vivaracho y bromista con el que usualmente solía pelear, Dante, acostado sobre un charco de su propia sangre, con la herencia de su padre atravesando su pecho.

Aquellos brillantes ojos azules, se apagaron, quedando solo un grisáceo azul...

— Bravo, bravo — acercándose a él, apareció Adagio, en intermitentes aplausos mostraba una gran sonrisa.

Vergil detuvo sus pasos al escucharla, en el momento que ella lo tuvo a su alcance, comenzó a rodearlo a pasos lentos mientras con pasaba por sus hombros con un dedo.

Demonios En Canterlot High (DMC3 x MLP:EG) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora