Xavier II

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Tyler entró como un vendaval a la habitación que compartían. Xavier tomó su toalla fulminandolo con la mirada.

– No se cual es tu maldito problema, pero puedes dejar de entrometerte.

– ¿Mi maldito problema? – Xavier soltó una carcajada histérica – Mi único problema eres tú.

Empujó a Tyler contra la puerta, la toalla cayó al suelo. Cuántas ganas tenía de encajarle el puño en el rostro, tal ves así se borraba la expresión estupida. 

– Nos gusta la misma chica, lo entiendo, pero no pienso disculparme porque ella me eligiera.

La ira de Xavier explotó y su puño se movió antes de que su cerebro lo pudiera digerir. El pómulo de Tyler se encajó en sus nudillos y Xavier sintió como sus huesos crujieron.

Dio un paso hacia atrás, deteniéndose su dolorida mano y mirando como Tyler se sujetaba el rostro con dolor, soltando maldiciones, los ojos verdes del chico se afilaron con ira contenida.

– No dejaré que te vuelvas a burlar de ella.

– Insultas la inteligencia de Merlina, si crees que-

– ¡Callate!, no sabes nada de ella

– El que no sabe nada de ella eres tú.

– Si alguien puede entenderla soy yo, –gritó, colocando una mano en su pecho. – tu no eres más que un patético pueblerino imbécil.

– Por eso te duele tanto, ¿no? –Tyler esbozó una peligrosa sonrisa, avanzando un paso hacia él. – Porque no tengo un grandioso apellido ni un papá famoso.

Xavier apretó sus dientes, el enojo se arremolinaba en su pecho.

– Nunca encajaras en su vida. Solo eres una distracción temporal. – su voz temblaba llena de ira y sus ojos destilaban todo el repudio que podía sentir.

– Si realmente lo creyeras no estarías tan celoso.

Xavier soltó una carcajada, avanzando hacia el centro de la habitación. Se miraban como dos lobos a punto de saltar uno sobre el otro.

– ¿Celoso? Oh, claro. Deseo tanto tu patética vida, Galpin. –dijo con una voz llena de sarcasmo. – Me encantaría que mi padre fuera un fracasado que no puede ni siquiera evitar que su hijo se convierta en un asesino y que mi madre estuviera muerta. Así todos me tendrían lástima y fingiría que no soy un completo fracaso. Supongo que eso viene de familia.

La sonrisa despectiva de Xavier fue el detonante final.

El rostro de Tyler estaba rojo cuando se lanzó. El artista no dudó en responder aunque su fuerza no era comparable con la del otro. Tyler lo empujó contra la pared y Xavier sintió como el aire abandona sus pulmones.

– ¡No sabes nada de mí! - le dijo Tyler sujetándolo de la camisa. – Te lo advierto por última vez...

–¿O qué? ¿Me matarás?

– Nada me daría más placer –respondió en un susurro.

–Hazlo – dijo Xavier con determinación –Vuelve a golpearme y estarás encerrado en Willowhill en menos de diez minutos.

Dentro del arrebato de ira, Tyler pareció comprender las consecuencias de aquella discusión y la fuerza con la que lo sujetaba disminuyó.

– Un niño que recurre a su papi para ganar sus batallas, nunca estará con Merlina.

Lo soltó con brusquedad, pero antes de que Tyler se pudiera marchar, Xavier se lanzó a él. Las palabras cesaron a medida que los golpes aumentaban. Una de las sillas se volcó en el frenesí de brazos y piernas, y el contenido de una de las mesas de noche cayó sobre ellos. Apenas fue consciente de la lámpara que se quebró junto a su cama y de los vidrios que se enterraron en la piel de sus brazos.

Si no contaba el patético intento de defenderse de Tyler y sus amigos el día del contacto, la experiencia de Xavier en peleas era nula. Así que estaba muy orgulloso de sí mismo cuando logró derribar a Tyler al suelo y colocarse sobre él, lanzó un golpe que le partió el labio inferior y la sangre salpicó en el piso de madera.

Tyler soltó un rugido casi animal y sus ojos parecían dilatarse. Empujó a Xavier a un lado y se puso de pie rápidamente, aprovechando a encajar una patada en el abdomen que le hizo sentir un sabor metálico en su boca.

– Me encantaría verte un día en mi vida. Sin tu familia rica y poderosa respaldandote, no eres nada.

– Tu vida es fácil, solo debo fingir arrepentimiento y todos están a tus pies.

Tyler se tambaleo dando un paso hacia atrás, limpió la sangre de su barbilla con el dorso de la mano. Respiraba entrecortadamente, ambos lo hacían. Xavier se arrastró lo más lejos que pudo antes de levantarse sin bajar la guardia.

– ¿Eso crees?

Tyler ya no gritaba, pero su voz sonaba mucho más amenazante. Xavier palpó la pared detrás de él, buscando algo para defenderse.

– Tal vez yo sea un perdedor, pero tú; con tu dinero, talento y todos tus privilegios... sigues sin ser nadie. Eres patético.

A medida que hablaba, Tyler avanzaba lentamente hacia él. Xavier estaba listo para una nueva embestida; aunque su respiración seguía agitada y sus puños adoloridos, la adrenalina fluía como un río de lava en sus venas.

– Da un paso más y haré que te expulsen.

Y para el asombro de Xavier, Tyler se detuvo.

Respiraban profundamente y el silencio que los abrigó parecía innatural después de la lucha. Su miradas se engancharon y Xavier pudo ver la indecisión y el coraje teñir aquellos ojos verdes, casi podía notar cómo el cerebro de Tyler evaluaba cada una de sus posibles acciones y Xavier apretó con más fuerza la tijera que había logrado encontrar.

El cuerpo de Tyler estaba tenso, como si una fuerza más grande que él lo hubiera obligado a detenerse.

Los segundos que pasaron, parecieron horas y finalmente Tyler se giró. La puerta resonó en los pasillos de Nunca Más cuando Tyler desapareció tras ella. 

Cuidado con lo que deseas #WylerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora