Xavier VI

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— ¿Cómo pudiste hacer eso?

De haber visto un fantasma, Xavier estaría menos atónito.

— Tyler es el mejor barista del Veleta. — continuo renegando.

— Nunca mencionaste que trabajara ahí —murmuró molesta Merlina, mientras caminaban por los bosque de Nunca Más.

— Es un manipulador, siempre consigue lo que quiere —siguió sin escuchar una sola palabra de Merlina — Te va a volver a atrapar.

— ¿Qué quieres decir? — preguntó, deteniéndose.

— Te va a volver a engañar —corrigió Xavier, entendiendo su error.

Merlina le sostuvo la mirada por unos segundos eternos y Xavier sintió como sus manos comenzaron a sudar, sabia que si ella insistía terminaría diciendo toda la verdad. Pero, Merlina no parecía tan interesada en sus secretos y desvió su vista hacia la cabaña.

— ¿Qué hacemos aquí?

— ¿Querías un lugar donde nadie te molestara? Es mi estudio, lo arregle yo mismo.

Abrió las puertas de par en par, pero adentro no había ningún lienzo solo sillas amontonadas y telarañas por todas partes. Xavier sintió como su estomago caía al suelo. Sus obras reducidas a menos que polvo y todo el esfuerzo que había tomado en arreglar aquella destartalada bodega era menos que un recuerdo.

— Al parecer tu estilo ha mejorado— dijo Merlina, dando un paso al centro. Una araña paso corriendo frente a sus pies.

— ¿Ah, si?

— Es adecuado.

Xavier sonrió, lleno de sí mismo.

— Ahora, Xavier. ¿Abandonaras esta prisión juvenil conmigo?

El chico abrió los ojos de par en par. ¿Abandonar Nunca más? La escuela era lo más cercano a un hogar que había experimentado.

— ¿C...cómo?

— Si vas conmigo, podemos pedir un Uber desde tu teléfono. Seria la forma más sencilla de salir, aunque entiendo si no me quieres acompañar. Seguramente, perderías tu beca... — a medida que hablaba, las cejas de Merlina se iban uniendo. Xavier apenas y la escuchaba, sumido en su propio mundo lleno de aventuras con Merlina.

— ¡Si! —dijo de pronto. —Te acompañare, ¿A quién le importa una tonta escuela?

Soltó una risa nerviosa y sintió como si un puño estrujara su estómago.

— Bien, prepara tus cosas en una sola mochila. Las esconderemos en el bosque. La cita con Galpin servirá para distraer a Weems.

— ¿Puedes dejarlo plantado?

Merlina le lanzó una mirada intensa e indescifrable para Xavier.

— No estaré en deuda con él. Además, me encargare de que tenga una cita inolvidable.

Se dio la vuelta y con pasos rápidos se marchó.

Cuando regresó a su habitación, encontró a Tyler ahí. El hyde levantó la vista con una sonrisa burlona en sus labios. Se quitó los audífonos y dejó la computadora en la cama.

— Me preguntó cuanto tiempo duraras en tu nuevo trabajo.

Xavier le dedico solamente una mirada de fastidio.

— ¿Alguna vez habías entrado en una cocina?

—¿Para qué? A mi mamá le gusta cocinarme.

Era una mentira grande y descarada, pero Tyler no tenia forma de saberlo.

— Le gustaba —corrigió.

— ¿Qué?

— A tu mamá le gustaba cocinar — Se levantó y se acercó despreocupadamente. Al contrario, Xavier se tensó. Aun tenia los hematomas de la ultima pelea decorado su cuerpo. — No se que hiciste, pero te llevaste la peor parte de todo esto.

— ¿Admites que tu vida es un mierda?

Tyler soltó un carcajada vacía.

—¿Crees que no lo sabia? Sinceramente, tengo que agradecerte. Ahora, mi mamá esta viva; mi papá es exitoso y mis antecedentes están básicamente limpios.

— No tienes a Merlina.

— Aun.

Xavier se cruzó de brazos e infló su pecho con superioridad. El muy iluso creía que volvería ha hacerla caer tan fácilmente.

— No tendrás tiempo para volver a engañarla.

Tyler juntó sus cejas y cuando Xavier pensaba que tenia la mano ganadora, el monstruo sonrió.

— ¿No me digas? ¿Piensa utilizar la feria como maniobra de distracción? ¿Marchar a Burlington y tomar un tren?

El estomagó de Xavier cayó al suelo y la ira burbujeó en su cabeza.

— ¡Nos espiabas!

— No necesito hacerlo —respondió con calma. Se acercó un paso más y miró a Xavier a los ojos — Ella y yo nos íbamos a fugar esa noche, antes de que nos atacaran.

Estupefacto, Xavier recordó esa fatídica noche y como ellos salieron corriendo desde el estacionamiento. Los colores se fueron de su rostro pensando en todas las cosas que eso podía implicar.

Tyler le palmeó un hombro y con un parpadeó Xavier regresó a su realidad.

— Realmente, nunca tuviste una oportunidad.

Tyler se marchó con una sonrisa, dejándole el amargo sabor de la bilis en su garganta. 

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