Xavier III

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Xavier se despertó temprano, como lo hacía cada día. La habitación seguía hecha un desastre y la cama de Tyler estaba deshecha. Era un milagro que ese holgazán se despertara primero, pero al menos no tendría que verlo hasta que las clases comenzarán.

Lo primero que notó diferente fue su teléfono, era distinto aunque respondía a su contraseña. Lo buscó sin éxito y sin darle mucha importancia, siguió con su rutina de ejercicio. Corrió por la ruta normal, pasó de largo la mansión Gates y regresó por el camino de la carretera principal.

Lo segundo extraño, fue cuando Merlina faltó a todas sus clases de aquella mañana. No quiso decir nada, Tyler tampoco estaba y supuso que se habían escapado juntos. Sin embargo, lo que realmente lo alertó fue ver a Rowan en su clase de esgrima.

Xavier casi se desmaya de la impresión, el tipo llevaba meses muerto y ahora estaba ahí y para a nadie parecía extraño. Debería estar feliz, pensó, pero en su lugar sintió como su piel se erizaba y no fue capaz de decirle nada.

Después de la práctica, Xavier pasó por la enfermería. Le dolía el cuerpo entero y tenia un hematoma en su costado izquierdo donde el salvaje de Galpin le había propiciado una patada, también uno de sus ojos estaba negro e inyectado de sangre y sus manos le dolían horriblemente. Nadie advertía que en las peleas, incluso el que ganaba, siempre resultaba herido. Fue desde la ventana de la enfermería, que Xavier miró el carro de los Addams acercarse al colegio.

Rápidamente se acercó a la entrada y miró como Weems les daba la bienvenida en su despacho. Todo parecía un extraño deja vu, pero Xavier se mantuvo atento a cada paso de Merlina. Cuando la chica bajó junto a Enid de Ophelia Hall, Xavier caminó detrás de ellas.

–Tienes que abrir una cuenta de Insta, snapchat y Tiktok –escuchó que le decía Enid con apremio.

–Las redes sociales son un vacío traga-almas de validación sin sentido.

Xavier no pudo evitar soltar un suspiro aliviado al escuchar el característico desprecio de Merlina. Un suspiro demasiado alto que atrajo la atención de las dos chicas hacia él.

– ¡Oh, él es...

–Xavier – la interrumpió Merlina.

Enid se sorprendió, Xavier también. El tono de Merlina era casi amigable de una manera que nunca había sido antes.

Sonrió, satisfecho con sí mismo.

–Vámonos.

Merlina no tuvo que decirlo dos veces para que Xavier caminara detrás de ella con una ligereza que cualquiera diría que estaba flotando.

– ¿A dónde quieres ir?

– Necesito café, urgentemente. ¿Hay algún lugar decente aquí?

– Hay un lugar, no diría que decente.

– Bien.

Cuando se deslizó en la butaca frente a Merlina y le tendió el café que la chica tomó con desesperación, Xavier pensó que podía tachar una actividad de su lista de deseos. Y cuando Merlina le lanzó una larga mirada sobre su taza humeante, Xavier se enderezó y aclaró su garganta.

– Así que estás aquí –dijo, tanteando el terreno.

Merlina bajó su taza y miró hacía afuera de la ventana con un gesto de disgusto.

– No porque lo deseé. Aunque es bueno ver que finalmente has aprendido a defenderte solo.

La chica miró el ojo amoratado con cierta aprobación y Xavier no pudo evitar soltar una ridícula risita.

– El otro quedó peor – le aseguró.

– Supongo que ese otro es el normie que has mencionado en tus cartas. – Confuso, Xavier no respondió – Al menos, podremos entretenernos con él por un tiempo.

– Suena genial.

Y Merlina le sonrió. No era más una diminuta y malévola media sonrisa, pero Xavier sintió que podía explotar de emoción en aquel momento. 

Cuidado con lo que deseas #WylerWhere stories live. Discover now