‧₊˚ | Theodore Nott era conocido por una cosa en específico, su habilidad para buscar problemas, mientras tanto Blair Collins tenía el don de atraer problemas involuntariamente.
Blair solo tenia una cosa en claro, deseaba ser amada más que cualquier...
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Las lágrimas recorrían el rostro de Blair mientras trataba de silenciar sus sollozos, parecía que su dolor no tendría un fin.
Theodore insistió en llevar a Blair a la torre de astronomía, pero ella se negaba rotundamente.
Quería encontrar a Lorenzo, quería arreglar las cosas con el.
Cuando al fin divisó a Lorenzo quiso decir algo, quiso pedir perdón, pero ninguna palabra salió de su boca, ni siquiera podía formular una sola frase sin volver a llorar.
Lorenzo solo la observó por un momento, había algo en su mirada que Blair no podía reconocer, una molestia que jamás había visto en Lorenzo.
Todo empeoró cuando vio Theodore junto a Blair, sosteniendo su mano.
Su seño se frunció y su mandíbula se tenso, pero no dijo una palabra. Se fue en silencio dejando a Blair aún más confundida.
El dolor seguía creciendo cada vez más y más, como una presión en su pecho que no la dejaba respirar.
Quería ir a su habitación, estar sola y llorar hasta no poder más, hasta quedarse dormida y olvidar todo lo que había pasado.
Blair trato de soltar la mano de Theodore, quería alejarse de todos.
Pero Theodore solo la sostuvo con más fuerza sin llegar a lastimarla, Blair solo podía sentir las lágrimas recorrer sus mejillas.
— No puedo dejar que te vayas, Blair. — La voz profunda y tranquila de Theodore la hizo regresar a la realidad — No te voy a dejar sola para que sobrepienses todo esto y te sientas aún peor.
Blaie se quedó en silencio, trataba de pensar claramente, pero el dolor era aún mayor.
— No tienes que decirme nada, solo déjame acompañarte.
Blair no supo el por qué, pero asintió, quería estar con Theodore, quería volver a hundirse en sus brazos hasta olvidar todo.
Al llegar a la torre de astronomía el atardecer iluminaba ligeramente el lugar, ambos se sentaron sobre el suelo en silencio.
Theodore limpio las lágrimas del rostro de Blair mientras ella se acercaba aún más a el.
Blair no tuvo que decir una palabra pues Theodore colocó su brazo sobre sus hombros acercándola a el.
Una calidez invadió a Blair, había recibido docenas de abrazos en su vida pero ninguno se sentía como este.
Theodore de algún modo le daba seguridad, y eso la aterraba totalmente.
No quería sentirse cómoda, menos con Theodore, quería alejarse de todos para así no volver a sentirse mal.
Las ligeras caricias de Theodore la hicieron olvidarse de sus temores por un momento, por un instante quiso no preocuparse por el futuro, por si Theodore también se iría, por un instante quiso disfrutar tenerlo a su lado.
