Gold Rush | Theodore Nott

14.- The Blue

[0.14]

'I've never felt this close to someone
What if you're my weakness?'

Blair no tardo en darse cuenta que Theodore era alguien agradable, le gustaba hablar con el.

No quería sentirse cómoda o acostumbrarse a aquella calidez que Theodore desprendía, pero simplemente no podía evitarlo.

— Necesito hablar con Lorenzo ¿Crees que siga molesto? — Blair aún se sentía preocupada por Lorenzo y lo que más quería ahora era arreglar las cosas.

— Tal vez debas darle algo de tiempo... — Theodore ni siquiera termino de hablar cuando Blair lo interrumpió

— Puede que se moleste aún más o piense que lo estoy ignorando — Las palabras salían tan rápido de la boca de Blair que era difícil entender.

— Blair, respira un poco. — Dijo Theodore en voz baja al ver cómo Blair parecía al borde de las lágrimas.

Blair trato de controlar su respiración, su cabeza dolía después de todo el llanto y sabía que tenía que detenerse.

— Lorenzo es demasiado importante para mí — Blair podía sentir su voz temblar ante cada palabra — No puedo perderlo, no a el.

A Theodore le era fácil ver la preocupación de Blair en sus ojos, ella era sincera.

— No lo perderás Blair. — La voz de Theodore era clara y segura pero Blair no podía evitar preocuparse.

— ¿Cómo puedes estar tan seguro?

Los ojos de Blair se cristalizaron, ella sabía que jamás podía dar algo por hecho, que la gente podía irse tan inesperadamente como llegaron.

— Porque sería un imbecil si te deja ir. — Las palabras de Theodore fueron tan seguras que Blair pudo sentir su respiración detenerse por un segundo.

La castaña negó con la cabeza, ella estaba segura que cualquier persona sería un genio si se alejara de ella, lo único que ella causaba eran problemas.

Ni siquiera podía hablar con alguien para arreglar las cosas, lo único que hacía era alejarse de los demás y causarles preocupaciones.

Ambos se quedaron en silencio, Blair aún pensaba en las palabras de Theodore, repitiendolas una y otra vez.

— Lo conozco desde que entramos a Hogwarts, no quiero dejarlo ir... — Las palabras de Blair eran prácticamente un susurro.

Tenía miedo, demasiado. Lo último que quería ahora era perder a su mejor amigo.

El era todo lo que tenia.

Blair había pasado la mitad de su vida con Lorenzo, podía recordar a aquel chico de sonrisa bonita junto a ella en la fila para el sombrero seleccionador, Lorenzo fue el primero en saludarla mientras Blair buscaba con su mirada a Marcus entre la multitud.

A Lorenzo no pareció importarle que Blair estuviera ocupada buscando a aquel chico, el solo podía admirarla con una sonrisa mientras ella le contaba sobre Marcus.

Después de que Marcus se fue de Hogwarts Blair sentía que había perdido todo, dejo de hablar con todos a su alrededor y poco a poco se apagó hasta que no quedó nada.

Todo le parecía tan abrumador, la persona que había conocido desde siempre ahora era simplemente un desconocido.

Y ahí, en su peor momento, Lorenzo se mantuvo a su lado.

El nunca había si quiera pensado en irse en realidad, después de meses fue la primera vez que Blair pudo prestarle atención al chico.

Todos los días durante el almuerzo Lorenzo se aseguraba de sentarse junto a Blair, no le importaba que Blair pasara días sin dirigirle la palabra, el siempre estaba ahi. Lorenzo parecía ser el único en notar el cambio de actitud en Blair.

Ella se dio cuenta de esto y al principio estaba sorprendida, a Lorenzo no parecía importarle la actitud de Blair ni las cosas que decían sobre ella.

Pero Blair tenia demasiado miedo, acababa de perder a su mejor amigo y no queria vivir aquella experiencia denuevo.

El miedo se apoderaba de ella cada noche, ver a Lorenzo reír y tratar de acercarse a ella solo la hacía pensar en que el también podía irse, que en cualquier momento podría dejarla atrás.

Lorenzo parecía comprenderla de alguna manera, el no entendía por completo el cambio en la actitud de Blair, lo único que sabía era que quería ver a aquella animada chica devuelta.

Blair no supo cuánto tiempo le tomo para volver a reír, lo unico que sabía es que Lorenzo fue quien causo aquella risa.

Fue como si su mundo volviera a tener color, por un tiempo Blair había sentido que su mundo se había destrozado en pedazos.

Y entonces fue Lorenzo quien lo arreglo, pasaron meses donde el chico se mantuvo a su lado, acercándose poco a poco hasta que Blair no pudo alejarse más.

Balir se había acostumbrado a la compañía de Lorenzo, a sus largas conversaciones y risas.

A pesar de que sabía que las cosas jamás volverían a ser iguales para ella, Blair se sentía amada, y eso era todo lo que le importaba. Lorenzo le había demostrado que la vida valía la pena, que las cosas podían mejorar.

Lo último que quería era perderlo, no después de todos estos años.

No pensaba repetir la historia denuevo.

— Estoy seguro que arreglaran las cosas, Lorenzo te adora. — La voz de Theodore hizo volver a Blair a la realidad.

Theodore sostenía la mano de Blair con calidez, ella ni siquiera había notado cuando habían unido sus manos, pero en ese momento no le importaba en lo absoluto.

Blair se sorprendió al ver a Theodore ponerse de pie derrepente.

— Ven — Theodore acercó su mano ayudándola a ponerse de pie.

Blair tomo su mano algo confundida, pero antes de que pudiera preguntar, Theodore hablo.

— Necesitas comer algo — Musito con tranquilidad mientras tomaba el bolso de Blair del suelo — Después hablaras con Lorenzo y arreglaran las cosas, fin.

Blair lo observaba con cierta confusión, su rostro era tranquilo y seguro, el parecía totalmente confiado de sus palabras, estaba seguro que arreglaría las cosas con Lorenzo.

Ella sentía todo lo contrario, el temor la abrumaba, pensar en que Lorenzo podía simplemente decidir alejarse de ella la aterraba.

— Deja de pensar tanto, Collins — Dijo Theodore con una ligera sonrisa en su rostro.

Blair se alejo ligeramente al ver las manos de Theodore acercarse a su rostro, el solo río ligeramente al verla.

Blair no entendía que estaba tratando de hacer, hasta que sintió los pulgares de Theodore limpiar las lágrimas que corrían por sus mejillas.

Sus manos eran suaves y cálidas. Blair cerro los ojos por un momento disfrutando de aquella sensación.

La mente de Blair era un caos por completo, pero en ese momento lo único que podía pedir era ser amada.