‧₊˚ | Theodore Nott era conocido por una cosa en específico, su habilidad para buscar problemas, mientras tanto Blair Collins tenía el don de atraer problemas involuntariamente.
Blair solo tenia una cosa en claro, deseaba ser amada más que cualquier...
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Después de las palabras de Theodore Blair no solo había sentido su respiración cortarse, algo desconocido se había instalado en su pecho.
Ya no era un dolor ni una presión, era una calidez que adoraba.
No era la primera vez que lo sentía, recordaba esa calidez aparecer de vez en cuando, siempre que estaba con Theodore.
Ambos estaban en silencio, no era para nada incómodo.
Blair se había quedado sin palabras, pero sabía que no las necesitaba, incluso en silencio se sentía cómoda con Theodore.
Blair no había notado la cercanía entre ambos, o si lo había hecho no le había prestado la suficiente atención.
En el silencio de aquel lugar podía notarlo, podía sentir a Theodore a su lado, podía escuchar su propio corazón latir con fuerza en su pecho.
— Gracias por traerme aquí. — Dijo Blair en un susurro. Estaba segura que su rostro aún estaba rojo pero eso no le impidió voltear a ver a Theodore.
Lo observó detenidamente, cada parte de su rostro, había un brillo en sus ojos que Blair no pudo evitar sonreír ligeramente al verlo.
— Sabía que te gustaría. — Aseguro Theodore — Puedes venir cuando quieras, nunca hay nadie por aquí.
Blair asintió ligeramente y se detuvo un momento antes de hablar.
— Vendré si tú vienes conmigo. — Dijo con una sonrisa.
Por primera vez Theodore desvío la mirada, pero Blair pudo verlo sonreír y cerrar los ojos por un momento.
— No creo que este lugar se sienta igual si estoy sola — Añadió en voz baja. Quería decirle que lo que hacía especial a aquel lugar era el, era el hecho de que ambos estaban juntos ahí, pero definitivamente no pensaba hacerlo.
— Vendré contigo cuando quieras, Blair. — Dijo Theodore. Blair no pudo evitar sonreír al escuchar su nombre salir de la boca de Theodore.
Lo pronunciaba de una manera que Blair adoraba, no podía encontrar la diferencia a qué otras personas lo dijeran pero definitivamente Theodore tenía algo especial.
Ambos se recostaron sobre el césped, observando las estrellas que brillaban con intensidad.
Aquella noche Blair descubrio que Theodore adoraba la astronomía, según Theodore fue la razón por la que se unió a aquella clase y Blair no pensaba cuestionarselo.
Blair perdió totalmente la noción del tiempo, cuando pensaba que ambos se quedarían en silencio Theodore encontraba algo de lo hablar, causando que ambos hablarán sin parar.
