Frío de confianza

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La temperatura ha bajado estas semanas, por lo que no es sorpresa que me esté muriendo de frío sentada en la banca de la plaza.

Me da un escalofrío.

He estado acá desde las cuatro de la tarde y falta poco para que sean las seis y media, tiempo en el que no ha aparecido nadie a recoger las fotos de la exposición. Es decir, que no ha aparecido aquel desconocido.

Paso mis manos sobre la polera que llevo para generar calor. Debí traer la sudadera que mi madre insistió en darme y me negue por la aún desconfianza que me genera su actuar de la otra noche.

Observo a ambos lados pero no encuentro pistas de su presencia, como si no existiera. Decido que es mejor caminar al lugar donde expusieron las fotos así gasto la última posibilidad antes de regresar a casa y agarro calor con el movimiento.

- Espero que valga la pena - murmuro levantándome de la banca.

Cruzo la calle y me detengo cerca a la puerta. Descruzo mis brazos, que abrigaban mi cuerpo, y detallo en los ruidos y luces que se aprecian por la ventanas. Hay gente dentro, quizas este él, pero no parece que vayan a salir pronto. Camino de un lado a otro unas cuantas veces hasta que me canso y he obtenido suficiente calor.

Veo la hora en mi telefono, ya son las siente de la noche, no puedo esperar más, es tiempo de regresar para la cena.

Cuando estoy avanzando hacia la esquina para tomar el camino a casa, un carro grande aparece llamando mi atención y se estaciona frente a donde estuvo a exposición.

¿Será que van a sacar las fotografías?

Me acerco husmeando como el copiloto baja y abre las puertas de la bodega que lleva atrás. Pronto las puertas de la casona de arte se abren de par en par y el lugar que parecía no tener vida, se llena de personas entrando y saliendo.

Tiene que estar por acá.

No creo que se atreva a que alguien más mueva la foto que lo trajo de vuelta a las exposiciones.

Froto mis manos haciendo calor y las llevo a mi rostro para calentarlas con mi aliento. Avanzo hasta las puertas ahora abiertas del lugar y curioseo con cuidado de no verme sospechosa frente a los que se encuentran ahí.

- Hey - llama la atención una voz pero la ignoro porque nadie acá me conoce. - ¿Tu no eres la primera? - un chico que parece conocerme pasa su mano frente a mi rostro.

Volteo a verlo.

¿Primera?

Primera de mi salón de la universidad, quizás.

Primera en concursos, muchas veces.

- ¿Me conoces? - lo miro con los ojos entrecerrados buscando enfocarlo.

- Claro, como olvidar a la primera persona en visitar nuestra exposición - sonríe abriendo los brazos.

Tomo mis lentes que llevo en el bolsillo de mi pantalón.

- ¿Eres el que nos atendió verdad? - cuestiono poniendomelos, su voz me es familiar.

- Si - responde - a ti y a tus inolvidables amigas - mira a un lado recordando - ¿Qué haces por acá? La exposición acabo hoy - me informa.

Si, Denise y Maggie no me dejan pasar desapercibida.

- Lo sé, vine a buscar a alguien - le cuento, no me molesto en esconder mis ojos curiosos a la gente que sale - un chico que tiene una foto en la exposición- le explico.

Me mira interesado.

- un chico- repite y asiente - esta difícil teniendo en cuenta la cantidad de chicos que trajeron sus fotos acá- habla dándome a entender que necesita detalles. - hasta yo puedo serlo

¿Qué se hace a los 21? [En Proceso]Where stories live. Discover now