La vuelta de un fantasma

4 0 0
                                    

Erik:

Siento muy pesado los ojos, pero logro poco a poco escuchar un murmullo a mi alrededor y muy lentamente logro abrirlos.

Veo a mi madre que está al lado de mi cama sosteniendo mi mano y al verme que he despertado enseguida hace una algarabía

—¿Dime cariño, como te sientes? Háblame, ¿Estás Bien hijo?

A mi padre le diviso casi frente a mí, a los pies de la cama, pero apenas puedo mantener los ojos abiertos por mucho tiempo, solo escucho que está hablando con alguien y me vuelvo a mi madre.

—¿Ella está bien? —le pregunto aún medio soñoliento.

—Si querido, ella está bien, de hecho, está aquí a tu lado —dicho esto trato de verle y sí, está a mi lado mirándome con esos ojasos y esa carita de preocupación que tanto me gusta verle, agarrándome la mano me dice tiernamente.

—Nos tenías asustados a todos, llevas dos sin despertar —me dice sonriente —pero como dice el dicho, vicho malo nunca muere y ciertamente ¿Quién diantres por una inyección duerme dos días?

Le miró y sonrió levemente —ya vez Caperuza, soy único en muchas cosas.

—Y dale con Caperucita, ¿Tú no habrás soñado con esa que tanto mientas y me confundes con ella? —me dice aún más sonriente.

—Sí, soñé con ella, la hice mía, la protegí con mis brazos y le doy y daré todo mi amor eternamente, solo falta que ella me recuerde a mí también ¿No lo crees que Caperuza? —termino diciéndole y tomando yo su mano.

Pero algo me detiene, algo que no creí jamás ver o escuchar, es imposible lo que mis ojos pueden ver en estos momentos, él estaba allí, Germán.

No logro comprender y mi padre se apresura a hablar al ver mi rostro.

—mira hijo, su prometido Germán ha venido y nos ha explicado todo, trabajo que diste joven, ya hace más de dos meces del accidente y no hubo respuesta de usted ni de nadie.

—Como ya le estaba comentando, esa misma noche salí de viaje y no supe nada del accidente, si lo hubiera sabido aquí hubiera estado todo este tiempo, pero ya estoy y lo más importante, yo cuidaré de ella de ahora en adelante —esto último lo ha dicho tomándole por los hombros y sin dejar de mirarme.

—¿Serás tan cabrón hijo de la gran puta? Sueltala o te pateo todo tu rostro —le grito haciendo apartar de mí a mi Caperuza, por otro lado, mi madre y mi señor padre se abalanzan y tratan de tranquilizarme.

—¿Qué haces, acaso te volviste loco? Realmente es difícil tratar contigo, ¿Sabías? Trate de ser amable contigo, pero realmente no lo logro, vámonos, ya quiero estar en casa, vámonos ya Germán que no tengo ningún motivo para seguir aquí en este sitio.

Le dice a este levantándose y tomando su mano.

—¿Alguien en su sano juicio me puede decir que mierdas ha pasado aquí? Y quien carajos te dijo que te puedes ir así como así y menos con este fantasma, no te acuerdas realmente de nada de lo que te hizo esa noche, la noche de la supuesta cita —les grito.

—hijo, debes de calmarte, así no es como se solucionan las cosas…

—¡mamá! — la interrumpo —¿Usted sabe por alguna casualidad lo que yo he pasado, como fue nuestro accidente? Les recuerdo y eso va contigo también fantasma, que no he abierto mi boca, pero si así lo hiciera la perjudicaría a ella también y es por ello que nada he hecho.

Todos se han quedado en silencio al escuchar lo que acabo de prácticamente gritarles y ella solamente se me acerca, pone su mano sobre ya mía y calmadamente les pide.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Jan 05 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Atrapada Where stories live. Discover now