Heat

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Advertencias: PWP. Un montón de preliminares (?), anal play, lenguaje fuerte. No apto para menores de 18 (y el  caso que me harán pfft.) 

N/A: Recordatorio de que los one-shot no tienen que ver nada unos con otros a no ser que yo especifique lo contrario.

x.x.x.x

Shiro gruñó, dándose la vuelta. Se sentó, sacudiendo la cabeza para despejarse de su recién tomada siesta. Refunfuñó molesto sobre lo mal que había dormido. Después de todo, dormir encima de cemento y cristal no era su idea exacta de una buena siesta. Arqueó su espalda y estiró los brazos, los huesos crujiendo luego de haber estado en acostado en un sitio tan incómodo por un largo rato. Nada más regresó completamente a sus sentidos lo notó. Un calor sofocante. Frunció bastante el ceño, pues aquello jamás había pasado antes y se puso una mano sobre los ojos antes de mirar hacia el cielo de aquel mundo. No había sol ninguno, evidentemente; pero había mucha claridad y el calor era insoportable. ¿Qué podía significar aquello?

¿Alguien había decidido meter a Ichigo en una sauna para hacer zanahoria al horno? Rió por lo bajo ante su propio chiste antes de volver a poner la expresión molesta de antes. Se vio obligado, de hecho, a quitarse el kosode y dejarlo colgando de su cintura. A lo lejos pudo divisar la figura siempre alta del viejo espíritu, su capa ondeando en el aire inexistente. Ya le gustaría a él que corriera brisa. Se acercó, y ojos azules tras lentes naranjas lo miraron desde el alfeizar de una ventana.

— Oi Ossan, ¿sabes a qué viene este maldito calor? —preguntó de mala gana.

El espíritu esbozó una pequeña sonrisa y se tomó su tiempo en responder—. Parece ser que Ichigo tiene ciertos problemas.

Shiro chasqueó la lengua y se cruzó de brazos—. ¡Eso ya puedo verlo! ¿Tú sabes lo que le pasa, verdad? —Lo señaló acusadoramente con el dedo— ¡Pero no quieres decírmelo!

—Puede que él esté frustrado por algo.

El semi hollow arqueó una ceja antes de lanzar los brazos al aire, exasperado con el otro espíritu por no ir directamente al grano. Y lo estaba haciendo aposta el muy cabrón. ¡Tendría que ir y preguntarle él a Ichigo personalmente antes de que terminara aún más irritado con aquella sofocante temperatura!

Eso hizo.

Se materializó en el mundo real y descubrió estar en un lugar que ya conocía. La base bajo la tienda de Urahara. Ichigo estaba entrenando, o eso parecía desde donde estaba mirando, con Yoruichi. Giró la cabeza hacia la derecha para notar ojos grises sorprendidos en él. Su sorpresa fue breve, sin embargo. Enseguida esbozó aquella sonrisa despreocupada en su rostro.

— ¡Ah, pero si es Shiro-kun! ¿Qué te trae por aquí? —pió Urahara Kisuke.

—He dicho bastantes veces que soy Zangetsu y... —dirigió de nuevo su atención hacia la batalla—, salí porque algo pasa con Ichigo.

— ¿Huh? ¿Qué podría ser? —cuestionó curioso el ex capitán.

— ¡Eso quiero saber! —Exclamó frustrado— ¡Dentro de su mundo interno hace un calor insoportable! ¡No había pasado antes!

Urahara se quedó en silencio, lo que hizo que Shiro desviara la mirada hacia él. El hombre estaba sonriendo claramente detrás del abanico que había abierto para tapar sus labios. Sus ojos brillaban con un deje de picardía, como si él supiera algo. Igual que el viejo. ¿Por qué nadie quería decirle que demonios pasaba con el idiota de Ichigo?

—Ahora entiendo el motivo de este entrenamiento —rió Kisuke entre dientes, mirando hacia su amiga y su ex alumno batirse. Se levantó de su posición de piernas cruzadas en el suelo y comenzó a caminar hacia las escaleras de salida—. Tengo algo que podría ayudarte. Sígueme.

Two sides of the same coinWhere stories live. Discover now