I dream of white

2.5K 133 25
                                    


Me estanqué con Burn me Love me pero ya casi la tengo terminada solo me falta averiguar donde dejé el usb con los documentos, oops. Aquí tienen otra cosilla en compensación por la larguísima espera. Lo siento de verdad. A la vida le encanta darme de golpes constantemente.

Advertencias: Yaoi (como no), uso inadecuado de tentáculos, algo de gore y muchas más cosas que ni siquiera sé cómo mencionar pero pongo una fuerte advertencia.

(¿Tal vez me pasé un poco...? Nah)

x.x.x.x

Estaba soñando con él otra vez, su amante fantasma que robaba sus sueños en la noche; así como un ladrón. Casi todas las noches era una diferente versión del mismo sueño. Este amante sin cara ataría sus manos por encima de su cabeza; un acto que el shinigami sustituto permitía porque sabía que aquél hombre necesitaba tener algún tipo de control. Estaba solo ahí, en sus sueños, esa extraña naturaleza sumisa que jamás de los jamases se atrevería a dejar entrever en el mundo real. El adolescente de ojos color caramelo necesitaba a este hombre dominante, su cuerpo gritando por sus caricias.

Su musculoso pero ligero cuerpo se arqueó, el sudor resbalando por su pecho desnudo y su rostro extasiado mientras aquellos labios que raramente sonreían genuinamente, se cerraban alrededor de uno de sus pezones. Ese largo cabello blanco increíblemente sedoso en el que deseaba poder recorrer sus dedos; estaba acariciando su piel. El shinigami de cabello naranja podía sentir el calor recorrer su cuerpo, acumulándose en su abdomen. Incapaz de contenerlo por más tiempo, llamó a su amante por un nombre que sonó sordo a sus oídos.

—Nngh... por favor...—gimió, desesperado por sentir esa pálida, suave piel contra la suya; una sensación que le ha sido negada demasiadas veces como para contarlas.

La sombra se separó de su pecho y le prestó más atención al chico bajo él, al parecer. Su cara estaba llena de sombras, era difícil saber a dónde estaba mirando o qué estaba pensando. Ichigo tembló, mientras se sentía observado. Aunque no pudiera ver sus ojos, su mirada era capaz de excitarle en las más extrañas situaciones.

Ichigo recordaba la primera vez que soñó con este hombre. Fue justo después de que perdiera sus poderes de shinigami. Pensó que tal vez sus sueños eran una consecuencia a la pérdida de su reiryoku, pero incluso ahora que los había recuperado, los sueños no se detenían.

Fue en este erótico plano dentro de sus sueños que el ardiente pelinaranja aprendió cosas de sí mismo que nunca supo. Descubrió áreas de su cuerpo que conseguían que se excitara con un solo toque, lugares que le harían gritar, jadear y suplicar. Descubrió también que disfrutaba ser dominado, siempre que fuera aquella sombra sin rostro. Es como si no saber su identidad le diera seguridad. No podría burlarse de él por mostrar una debilidad como esa.

La única cosa que aún no había aprendido, es cómo se sentiría el placer y el dolor de tenerlo profundamente dentro de él. Mientras se masturbaba, normalmente usaba sus dedos para estimular la sensación que realmente deseaba. A veces quería que el ladrón de sus sueños fuera real.

Ichigo fue traído de vuelta a la situación actual. Su cuerpo temblaba con deseo, mientras aquella figura lo miraba tras las sombras.

— ¿Qué necesitas, Ichigo? —su voz tenía un eco que la distorsionaba. Sonaba parecida a la suya, pero es lo normal dentro del cerebro. Todas las voces de otras personas dentro de la cabeza suenan como la propia. Sus dedos estaban recorriendo vagamente los músculos de su abdomen.

—Ngh.... Quítate la ropa. Quiero sentir tu piel contra la mía... Por favor. —jadeó, arqueando su cuerpo hacia esas delicadas caricias, rogando por más.

Two sides of the same coinWhere stories live. Discover now