Blood Addiction

1.8K 153 3
                                    

Este es cortito, pero llevo mucho sin subir nada así que ¡aquí tienen! Esto va en continuación con Believes (o se relaciona con, porque esto no tiene trama (?))

Advertencias: Yaoi y blood play.

x.x.x.x

Shirosaki empujó al otro chico contra la pared, reteniéndole allí con una mano sobre su garganta con un siseó.

A través de ojos entrecerrados, Ichigo sólo pudo observar como el vampiro sacaba sus garras. Sus manos vacías temblaron sin poder evitarlo; sus ojos desviándose por encima del hombro del vampiro hasta su navaja que yacía tirada en el suelo del callejón. Sintió una descarga de dolor en su hombro izquierdo a la vez que chilló. Jadeando, bajó la mirada para ver como allí estaban clavadas las afiladas garras del vampiro. Clavó su mirada en la del otro, tensión evidente en sus ojos color miel.

La expresión de burla de Shirosaki cambió rápidamente. — ¿Ichigo? —preguntó preocupado.

—No, —murmuró forzadamente— estoy bien. No pares.

La sonrisa depredadora y hambrienta de Shirosaki regresó, haciéndose más ancha en su rostro. Inclinándose, lamió lentamente la comisura de los sonrosados labios y luego presionó contra ellos los suyos propios. La mano de Shiro que estaba en el cuello del humano se movió a la parte de atrás de su cabeza y agarró fuertemente entre sus dedos mechones de cabello naranja. El vampiro deslizó su lengua en el interior de la boca del otro, saboreando restos de sangre del labio cortado del otro. Retirando sus garras lentamente del hombro del chico, luego bajó su mano tortuosamente por el cuerpo de Ichigo hasta que sus dedos llegaron a masajear la erección por encima de sus pantalones. Ichigo gimió en los labios de su novio, causando que este apretara un poco más su miembro.

La mano de Shirosaki dejó ir a su excitación –demasiado rápido, Ichigo pensó; y su mano se ocupó de deslizar el cuello de su camiseta hacia su hombro, revelando la herida que antes le había inflingido y que aún sangraba con cada latido del corazón.

Shirosaki abandonó los labios de Ichigo y bajó la cabeza para poner sus pálidos labios sobre la herida, deleitándose con el inimitable sabor. Recorrió con su lengua los bordes de la herida antes de insertarla dentro.

Ichigo gruñó. Su cuerpo luchó contra ello, retorciéndose contra al pared, incluso si la fogosa mezcla entre dolor y placer se disparaba a todo los nervios de su cuerpo. Era casi demasiado, hasta el punto en el que se convertía en dolor puro. Levantó sus manos hasta la espalda baja del vampiro, arañándola por encima de la prenda que llevaba puesta. Ichigo sintió la lengua introducirse más en la herida, sus ojos abriéndose de par en par. — ¡Ya basta Shiro! ¡Basta!

Shirosaki se apartó, brillante carmín manchando sus labios y resbalando hasta su barbilla. —Decadente, —murmuró, sus ojos dorados vidriosos. Presionó su nariz con la de Ichigo, mirando con ojos entrecerrados a los otros. —como siempre, tu sangre no tiene comparación.

Los halagos que Shiro hacia sobre su sangre eran… en fin, extraños. Ichigo estaba agradecido de tener la pared como apoyo y que el hombre frente a él también lo estuviera sujetando o su tembloroso cuerpo ya se hubiera deslizado al suelo. —Me estoy… mareando—confesó.

Shirosaki simplemente murmuró contra su cuello. Abriendo su boca con amplitud, hundió sus colmillos en el hueco que había entre el cuello y el hombro. Ichigo echó su cabeza hacia atrás, golpeándose contra los ladrillos. Estrellas estallaron en sus ojos. —Para Shiro, —jadeó— ya fue suficiente.

Un gruñido reverberó en la garganta del mayor, sus colmillos hundiéndose aún más.

— ¡Shirosaki! —el corazón del adolescente se aceleró, bombeando la sangre fuera de la herida aún más rápido, derramándose por su pecho. Lo intentó empujando al albino por los hombros.

Shiro gruñó una vez más y negó con la cabeza sin apartar sus labios de la herida que acababa de hacer con sus colmillos. Se separó, finalmente, cuando Ichigo tiró de su cabello con toda la fuerza que pudo reunir en ese momento. Aún a pesar del ligero dolor que eso le causó, esbozó una sonrisa lasciva y lamió los restos de sangre de sus labios. —Lo siento, a veces no puedo contenerme.

—Sí, lo que sea… —Ichigo dijo en un murmullo— pero no quiero desmayarme por perdida de sangre otra vez— abrió lentamente los ojos y miró a Shiro quien le dirigió una breve mirada de disculpa. No había sido muy agradable dejar a un inconsciente Ichigo en la entrada de la clínica de su padre.

Shirosaki se alejó de Ichigo y se giró para agacharse y recoger la navaja del menor. Sonrió ampliamente al recordar como siempre se metían en falsas peleas y acababan así. Era su manera de… jugar. Cuando volvió a darse la vuelta una vez guardó la navaja en su bolsillo, vio como Ichigo se resbalaba pesadamente por la pared y caía al suelo, sus ojos medio abiertos. —Mierda.

—Ichigo. —El joven sintió una leve cachetada en su mejilla— Ichigo. —insistió la voz.

Ichigo parpadeó, sus ojos vidriosos y desenfocados. — ¿Qué…?

Shirosaki se agachó frente a él y cruzó sus brazos. —Idiota.

—Bastardo, —respondió Ichigo de forma automática. Entonces jadeó sorprendido cuando fue recogido del suelo y lanzado sobre el hombro de Shiro como si fuera un saco de patatas. — ¡Hey! ¡Ten más cuidado!

—Si ya estás protestando e insultando otra vez significa que estás bien —rió el vampiro para molestia de Ichigo.

x.x.x.x

Regresaron de vuelta a su apartamento compartido, ambos desnudos sobre la cama. Una toalla estaba colocada bajo el hombro de Ichigo, y aunque éste ya no sangraba, él insistió por si acaso. Quitar la sangre de las sábanas era frustrante.

Sus piernas estaban por encima de los hombros de Shiro, aquél aún se preguntaba cómo podía ser tan flexible. Se hizo su paso en el interior de las apretadas y calientes paredes. Ichigo gimió y se estremeció, mordiendo su labio inferior para evitar más sonidos de los necesarios. Movió sus caderas en una posición que le resultara cómoda para recibir las fuertes estocadas. Shirosaki estaba contento con las expresiones que Ichigo ponía en una mezcla perfecta de dolor y placer. El miedo había desaparecido de sus ojos, y eso estaba bien. Admitía que a veces se hundía demasiado en lo placentero que era beber de Ichigo y acababa haciéndole daño, sin embargo al humano esto no parecía importarle demasiado. Si acaso, más bien le gustaba.

Juntos llegaron al clímax, temblando de placer. Shirosaki cayó sobre el pecho de Ichigo a lo que el chico protestó con un silencioso ‘ouch’. Todo el movimiento había causado que la herida de su hombro se abriera otra vez y antes de que pudiera poner la toalla alrededor para contener la sangre, Shiro ya estaba bebiendo de ella como si de un bebé se tratara. Ichigo gruñó derrotado, pero de algún modo agradecido de que lo estuviera haciendo lentamente, de otro modo se hubiera desmayado… Otra vez.

Cuando ya estuvo satisfecho, él mismo presionó la toalla contra la herida con suavidad, —Tu tolerancia al dolor sigue siendo muy alta.

Ichigo sonrió ampliamente. —Y te gusta.

Shiro le devolvió la sonrisa y para probar la veracidad de sus palabras, movió ligeramente las caderas haciendo que Ichigo notara su renovada erección contra la cara interior de su pierna. Ichigo le miró con los ojos entrecerrados y suspiró. Cogió la cara del vampiro entre sus manos y junto sus labios con los de él apasionadamente, lo que el otro correspondió gustoso.

Ichigo no podía quejarse de que su relación fuera aburrida.

Two sides of the same coinWhere stories live. Discover now