13."Sabor a menta con fresa"

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Mia Elizabeth.

Me veo en el espejo satisfecha con mi vestuario; consta de un pantalón flare oxap en pana color mostaza, una sudadera blanca y tenis del mismo color.

Sonrío, se me ve bien.

Camino hacia mi cama y tomo mi teléfono. No tengo ningún mensaje de Easton.

Muerdo mi labio pensativa.

No quiero preocuparme y se que no debería preocuparme, sin embargo lo hago.

Ayer no se apareció en todo el día, no me escribió, no me llamó, ni siquiera ha venido a la casa cuando no estoy porque todo esta tal y como lo dejé.

Enserio estará evitándome?, o ha estado tan ocupado que ni siquiera a salido de su oficina?.

Voto por la segunda opción.

Me levanto decidida con un solo pensamiento; dejaría de importarme todo lo que tenga que ver con el y me centraría en lo importante, hacer el trabajo grupal.

Salgo de mi cuarto y bajo las escaleras.

Cuando estoy bajando los ultimos escalones escucho un ruido y veo la puerta principal abierta, por instinto me detengo de golpe.

Mantén la calma- me digo a mi misma.

Camino lo mas despacio que puedo hacia la sala de estar, si mal no recuerdo mi padre tiene una bate guardado debajo de uno de los sofá.

Cuando llego a la sala me apresuro a revisar, y efectivamente encuentro un bate de béisbol debajo de un sofá.

Lo tomo con fuerza y me armo de valor.

Cuando estoy frente a la puerta de la cocina está se abre de golpe dejando ver una cabellera pelinegra.

Detengo mis movimientos.

Eso estuvo cerca.

— Ya sabia que eras un idiota pero no creí lo fueras tanto —digo bajando el bate sin soltarlo.

Abre sus ojos sorprendido y luego sonríe.

— Estuviste a punto de desfigurar mi bello rostro —coloca una de sus manos en su pecho dramatizando— no crees que deberías disculparte?.

Bufo al escuchar lo ultimo.

Acorto la distancia que tenemos para ponerme de puntillas y estar a la altura de su boca.

— No me voy a disculpar con un idiota —murmuro separándome de el para pasar por su lado, pero uno de sus brazos me lo impide.

Lo observo de reojo, se relame los labios antes de hablar.

— Estas enfadada porque me desaparecí en todo el día ayer?.

— No estoy enfadada —miento.

— No te estaba evitando Mia —voltea a verme, sus azules hacen que trague saliva.

— No me importa, tu sigue con tu vida y yo sigo con la mía, no somos niños.

— No quiero que estés enfadada conmigo —se agacha hasta que nuestros rostros están a la misma altura— si quieres puedo explicarte porque no vine a dormir aquí ayer, incluso puedo darte mi teléfono para que veas mis llamadas o...

— No —lo interrumpo.

— No?..—repite confundido.

— No es necesario que me expliques nada.

Suspira.

— Esta bien pero... no quiero que estés enfada conmigo.

— No lo estoy.

"Rompiendo las normas"Where stories live. Discover now