16. " Warren Company "

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(ADVERTENCIA: Este capítulo es algo largo por lo que les recomiendo preparar su tacita de café y un lugar cómodo☕️👀)

Mia Elizabeth.

Actualmente estamos a finales de Junio, cada vez estamos mas cerca del viaje al campamento.

Debería empezar a empacar y ver que es lo que me falta, así cuando llegue el no tan esperado día -para mi- tengo todo preparado.

Una voz que conozco demasiado bien hace que vuelva a la realidad.

—Deberíamos ir de compras —sugiere la castaña con entusiasmo.

Me reuní con Emma en la cafetería para almorzar y ponerla al día con las nuevas novedades.

—Tengo el día libre —tomo la pajilla de mi batido y tomo un sorbo— nos vendría bien un día de compras —concluyo.

Sonrío al ver a la castaña aplaudir con emoción.

—¡Que no se diga mas! —se pone de pie y toma su bolso— tendré que pasar a pedirle dinero a mi padre, —hace una mueca— me acompañas?

—Dónde trabaja tu papá? —pregunto tomándome lo que queda de mi batido.

Muchos años conociéndonos y ni siquiera se donde trabaja su padre, que gran amiga soy.

Eso fue sarcasmo.

— En Warren Company.

Siento que he escuchado ese nombre en alguna parte...

—¿No es esa la compañía mas importante y mejor pagada de Brooklyn?. —pregunto al recordar que vi el nombre en el periódico.

—Sip, esa misma.

—Ya veo...

Siento que aun hay algo importante que debería saber pero me limito a seguir preguntando.

—Entonces, me acompañas?

—Si claro, pidamos un taxi.

Salimos de la cafetería y caminamos hasta llegar a la orilla de la carretera.

Observo a mi alrededor; todo es tan ruidoso como silencioso en esta zona.

En los pequeños jardines que hay fuera de las casas se alcanzan a ver hortalizas de distintos colores.

El verde sobresalta en todas partes; al igual que otros colores por las pequeñas flores que crecen en la hierva.

Aunque en esta zona no hay tanta vegetación, como en otras, hay grandes y pequeños arboles que nos brindan una refrescante brisa, y una maravillosa sombra cuando del calor se trata.

Un pitido hace que me sobresalte y dirija mi mirada al frente.

El taxi.

En todo el trayecto fui observando la ventana, viendo a todo tipo de gente y disfrutando de la comodidad del respaldo.

Y como era de esperarse...

Me quede dormida.

Cuando llegamos a nuestro destino me desperté —o mejor dicho, me despertaron— y baje del taxi con una velocidad sorprendente para alguien que aun esta media dormida.

Y si, Emma tuvo que llevarme jalada —literalmente— del brazo para que fuera en la dirección correcta —y no al suelo como sugerí.

Cuando estábamos dentro de la compañía me sujete el cabello en una coleta y observe cada esquina.

"Rompiendo las normas"Where stories live. Discover now