O1. Tú y yo, es sólo tú.

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Desde el primer minuto en que lo vio, Jaehyun supo que lo amaba. Con tan solo diecisiete años, cayó rendido ante los encantos del hijo mayor de los Lee; su fuerte presencia, apariencia onírica y esencia embriagadora.
Entre los múltiples asistentes a la fiesta, Jeong se escabulló hasta quedar a unos pocos metros. Desde un rincón, le observó sonriente. Cuando el Alfa se percató de su admirador, este se esfumó. Taeyong ofendido, le persiguió buscando conflicto. No obstante, se retractó instantáneamente, cuando se topó con un imponente Alfa que protegía a Jaehyun con su cuerpo. Asustado, Lee pidió disculpas. Los Jeong eran muy protectores con el más pequeño. Lo consentían al máximo y no permitían que nadie indeseable se le acercara. Tan preciado como una joya, Jaehyun era el tesoro del clan. Por eso es que, cuando pidió a sus padres que lo prometieran a Taeyong, concretaron la unión en menos de una semana. En el otro extremo del asunto, los Lee dudaron. No era buena idea comprometer a su primogénito con un joven que aún no se presentaba. ¿Qué pasaría si resultaba ser otro Alfa? Sería inaceptable que su clan acatara tal aberración, serían el hazmerreír. Así que, acordaron que debían conocerse, y sólo hasta que Jaehyun se presentara como Omega (O al menos Beta), el enlace se concebiría. De lo contrario, sería anulado.
Jaehyun estaba seguro que sería el Omega más fértil para el Alfa Lee. Sus hermanos no le debatían, a excepción del mayor, quien insistía en que reconsiderase la opción de presentarse como Alfa. La idea de ser los cuatro Alfas de la familia Jeong sonaba idílica para él. Además, Taeyong no era el candidato predilecto para enlazar a Jaehyun. Le parecía inmaduro, estúpido, arrogante, engreído, entre otras cosas. Gracias a su posición, consiguió que Lee se quedara en la residencia Jeong los primeros meses. Lo tendría entre la espada y la pared.

Taeyong malhumorado ordenaba a los sirvientes que dejaran sus maletas en su cuarto. Jaehyun lo esperaba en la entrada junto a sus hermanos, esbozando una bella sonrisa de coloradas mejillas.

—Bienvenido, Alfa Lee —dijo el rubio.

—¿Dónde me quedaré? —ignoró el saludo del menor.

—Jaehyun te habla, niño —intervino el mayor de los Jeong. Denotaba una seriedad que volvía el aire pesado.

—Lo siento, Alfa Jeong. —Se inclinó en una reverencia. —Mis disculpas, Jaehyun.

—Tu habitación está junto a la del pequeño.

—¿Quién?

—La de Jaehyun, hermano.

—No le digas así, Sehun. Él no es tu hermano.

—Creí que...

—No aún. Más adelante —explicó Jaehyun.

—¿Dónde está?

—Yo te llevo. No te preocupes —indicó amable el menor.

Lee frunció el ceño. Su cordialidad era una cortina para no ser golpeado por Minho. Siguió al rubio hasta el segundo piso de la mansión. Pasaron por varias puertas, hasta llegar a una con una rosa colgada.

—Aquí es, Alfa.

Entraron. Taeyong observó a sus alrededores para cerrar la puerta.

—Escucha, Jeong. Te dejaré algo en claro. No te quiero y no me enlazaré contigo ni aunque se acabe el mundo. No seré el payaso de los clanes comprometiéndome con otro Alfa. ¿Entendiste?

Jaehyun asustado, retrocedió en sus pasos.

—P-pero yo no soy Alfa.

—¿A quién quieres engañar? Eres más grande que yo. Pareces un oso gordo. —Le apuntó de pies a cabeza—he probado suficientes Omegas para saber que tú no eres uno.

Road to heaven ࣪𓏲ּ ᥫ᭡ JaeyongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora